La frustración es inevitable, pero la desesperanza no

Bhagavad-gītā 2.15

Nos sentimos frustrados cuando las cosas van mal. Aunque tales frustraciones son inevitables para todos, se acentúan hasta el nivel de frustraciones desesperadas para quienes mantienen una concepción materialista de la vida.

 

Estos materialistas pueden salir adelante a través de las frustraciones rutinarias de la vida, pero tarde o temprano la vida les impondrá frustraciones que llevarán su viaje vital a callejones sin salida, callejones sin salida - inalterables, ineludibles, inminentes. Por ejemplo, ¿qué pueden hacer si les diagnostican una enfermedad terminal? No mucho, excepto contemplar impotentes cómo el cuerpo, que han atesorado como el todo y el fin de su existencia, se consume en su condenado viaje hacia la muerte.

 

La visión espiritual del Bhagavad-gītā de que somos almas eternas e indestructibles nos ayuda a comprender que nuestra existencia no se limita a nuestra vida corporal. Nos damos cuenta de que no tenemos que limitar el alcance de nuestras actividades al cuerpo, sino que podemos expandirlo al nivel espiritual e incluir actividades de servicio devocional a Kṛṣṇa. La devoción, al ampliar nuestra concepción de la vida, nos protege de la frustración desesperada. Redefine la muerte no como un callejón sin salida sin esperanza, sino como una puerta para acercarnos a Kṛṣṇa, siempre que elevemos nuestra conciencia. El Bhagavad-gītā (2.15) declara que quienes permanecen equilibrados en medio de los altibajos de la vida cumplen los requisitos para alcanzar la vida eterna.

 

Como devotos-buscadores, seguiremos enfrentándonos a la frustración debida al cuerpo, porque el cuerpo es por naturaleza temporal. No obstante, podemos encontrar alguna manera de servir a Kṛṣṇa, porque ese servicio no depende de nada, ni siquiera del cuerpo. Aunque nuestro cuerpo se desmorone y esté al borde de la muerte, podemos servirle simplemente recordándoLe. Por supuesto, para recordarLe entonces, necesitamos cultivar un sano apego a él sirviéndoLe con entusiasmo y sinceridad con las facilidades que tengamos ahora.

 

¡Oh, tú, el mejor entre los hombres [Arjuna]!, la persona que no se perturba ante la felicidad y la aflicción, y que permanece estable en medio de ambas, es sin duda merecedora de la liberación. – Bhagavad-gītā 2.15

 

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