La paz comprada a costa de la justicia puede ser la peor violencia


 Bhagavad-gītā 2.3

Algunas personas preguntan: “Se dice que el Bhagavad-gītā es un libro espiritual, pero aprueba la violencia. ¿No es eso anti-espiritual?”.
No, porque el Gītā es un libro espiritual hablado en un contexto social de emergencia. He aquí un ejemplo para entender ese contexto social.
Supongamos que un abusador sexual arrestado que no ha mostrado el más mínimo signo de remordimiento o reforma es liberado sin someterse al debido proceso de justicia, y ese abusador se vuelve loco abusando de muchas más personas. Naturalmente, tal liberación sería una forma de violencia.
Ahora dé la vuelta a la situación y suponga que ese criminal está a cargo de la sociedad. Uno se estremece al pensar en el tipo de atrocidades que tendría que sufrir la gente bajo tal gobernante. Si quitar tal gobernante requiere violencia, entonces la violencia es necesaria para la paz. Permitir que un gobernante así continúe en el poder en nombre de la paz permitiría que el reinado de la violencia continuara sin cesar.
El Gītā se pronuncia en una situación de emergencia social en la que gobernantes atroces habían tomado el poder por medios sin escrúpulos. En tal situación, en el Gītā (2.3) se considera el pacifismo como debilidad mental y exige una acción asertiva.
Y la genialidad única del Gītā es la revelación del camino de la devoción que permite espiritualizar la acción asertiva en el mundo, como indica el (8.7). En lugar de llamar a todos los buscadores espirituales a la guerra social, el Gītā usa el escenario extremo de la guerra social para demostrar que ninguna situación es imposible de espiritualizar. Su sabiduría puede capacitar a los buscadores para garantizar que ninguna situación comprometa su espiritualidad: pueden encontrar de manera inteligente y proactiva una manera de espiritualizar esa situación.
Esta disponibilidad universal de la espiritualidad es el mensaje perdurable del Gītā, un mensaje ilustrado dramáticamente a través del escenario aparentemente anti-espiritual de una guerra.
¡Oh, hijo de Pṛthā!, no cedas a esta impotencia degradante. No es digna de ti. Abandona esa mezquina flaqueza del corazón y levántate, ¡oh, castigador del enemigo!- Bhagavad-gītā 2.3

No hay comentarios:

Publicar un comentario