Bhagavad-gītā 2.17
Nuestra imagen de nosotros mismos, nuestra concepción de quiénes somos, suele generarse a partir de las opiniones que los demás tienen de nosotros, sobre todo las que aceptamos acríticamente. ¿Por qué aceptamos esas opiniones? Porque a menudo se basan en la realidad, aunque rara vez reflejan toda la realidad.
Veamos tres niveles de autoimagen:
Autoimagen basada en nuestras incapacidades: Todos tenemos ciertas cosas que no se nos dan bien. Si nuestra familia o nuestro círculo social destacan esas incapacidades, sobre todo durante nuestros años de formación, pueden convertirse en la base de nuestra autoimagen. Si tenemos un coeficiente intelectual bajo que nos impide rendir bien en los exámenes académicos, podemos pensar que somos unos perdedores. Esa autoimagen centrada en nuestra incapacidad nos resta poder: nos quita confianza y energía para hacer incluso las cosas que podemos hacer.
Autoimagen basada en nuestras habilidades: Todos tenemos ciertas habilidades. Si durante nuestra educación los demás hacen hincapié en esas habilidades, pueden convertirse en el centro de nuestra autoimagen. Si tenemos un coeficiente intelectual alto que nos permite superar con éxito las pruebas académicas, es posible que nos consideremos ganadores o sobresalientes. Aunque una autoimagen basada en la capacidad es más poderosa que una autoimagen basada en la incapacidad, incluso una autoimagen así nos hace propensos a la inestabilidad. ¿Por qué? Porque puede que nuestra capacidad no sea debidamente reconocida, o que se vea empequeñecida por la capacidad de otra persona, o que decaiga con el tiempo.
La autoimagen basada en nuestra identidad real: El Bhagavad-gītā explica que, más allá de las capacidades que tengamos o de las que carezcamos, está nuestro yo indestructible (2.17). Cuando nuestra autoimagen se basa en nuestra esencia espiritual, esa autoimagen es constantemente fortalecedora. Nos permite mantenernos siempre positivos y decididos, controlando así nuestras incapacidades, liberando nuestras habilidades y manifestando lo mejor de nosotros mismos.
Resumen:
Basar nuestra autoimagen no en nuestras incapacidades o nuestras capacidades, sino en nuestra identidad real.
Piénsalo bien:
- ¿Qué tiene de malo una imagen de uno mismo basada en nuestras incapacidades?
- ¿Qué tiene de malo una autoimagen basada en nuestras capacidades?
- ¿Por qué es mejor una autoimagen basada en nuestra identidad real?
Sabed que aquello que se difunde por todo el cuerpo es indestructible. Nadie puede destruir a esa alma imperecedera. – Bhagavad-gītā 2.17
No hay comentarios:
Publicar un comentario