Bhagavad-gītā 2.28
Algunas personas son talentos por descubrir. Un jugador de cricket puede estar jugando brillantemente, pero en un club poco conocido. De alguna manera, si se descubre a ese jugador, los que ven al prodigio se quedan asombrados y encantados. La persona que descubre a este talentoso jugador también se convierte en el descubridor de talentos especiales.
Del mismo modo, cada uno de nosotros tiene recursos por descubrir ocultos en su interior, desconocidos para el mundo e incluso para nosotros mismos. De hecho, nosotros mismos somos un recurso por descubrir. La sabiduría del Gītā explica que en el fondo somos seres indestructibles, no materiales, con potencial para la evolución espiritual. La culminación de dicha evolución es tanto satisfacción como contribución.
Al conectar con nuestra fuente, Kṛṣṇa, que es la reserva de toda felicidad, podemos disfrutar de una satisfacción duradera. Comprender que no somos criaturas frágiles sujetas a la destrucción por un insecto o una explosión es una comprensión fortalecedora. Además, comprendemos que mediante la práctica del bhakti-yoga, la presencia y la potencia de Kṛṣṇa nos purifica de las debilidades internas que nos impiden sacar lo mejor de nosotros mismos. Con nuestros bloqueos internos eliminados, todos podemos dar rienda suelta a nuestros talentos y hacer contribuciones valiosas de acuerdo con nuestras inclinaciones y situaciones específicas, como hizo Arjuna. El Bhagavad-gītā (2.28) afirma que los que se dan cuenta de su identidad espiritual descubren que esa realización es un descubrimiento asombroso.
Por desgracia, pasamos gran parte de nuestra vida ignorando tanto nuestra identidad como nuestro destino. Quienes pasan toda su vida sin saber o sin aprovechar sus talentos se convierten en tragedias, en talentos desperdiciados. Del mismo modo, el Gītā (3.17) afirma que quienes viven de forma materialista malgastan su vida.
Afortunadamente, la sabiduría del Gītā actúa como descubridor de talentos para nosotros, los talentos por descubrir. El Gītā nos da el conocimiento espiritual para comprender quiénes somos. Y nos da los procesos espirituales para purificarnos, realizando así nuestros potenciales tanto espiritual como materialmente.
Todos los seres creados son no manifiestos en el comienzo, manifiestos en el ínterin, y de nuevo no manifiestos cuando son aniquilados. Entonces, ¿qué necesidad hay de lamentarse? – Bhagavad-gītā 2.28
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