Bhagavad-gītā 3.21
Compasión , Nutre tus relaciones
Cuando funcionamos en un mundo enorme lleno de innumerables personas, podemos preguntarnos: “Soy tan pequeño. ¿A alguien le importa lo que hago?”. Estos pensamientos pueden hacernos sentir inseguros, insignificantes e inútiles.
Para contrarrestar estos sentimientos desempoderantes, hagamos un ejercicio mental: miremos retrospectivamente nuestra vida y veamos a las personas que nos inspiraron. No todos los que nos inspiraron fueron celebridades; algunos de ellos eran personas comunes y corrientes (maestros, amigos, simpatizantes, seres queridos, extraños) que decían una palabra amable u ofrecían una mano cuando la necesitábamos.
¿Qué implica nuestro ejercicio de pensamiento? Que una persona no necesita ser extraordinaria para inspirar a otros. Eso, a su vez, significa que incluso si no somos extraordinarios, aún podemos inspirar a otros. Un ejemplo aleccionador pero sorprendente del poder de las pequeñas buenas acciones es la prevención del suicidio - las personas que contemplan el suicidio a veces se ven disuadidas con sólo una palabra amable o una cálida sonrisa, ya sea de un ser querido o de un transeúnte. Incluso si la mayoría de nuestras acciones no parecen marcar una gran diferencia, algunas de nuestras acciones sí pueden, y no sabemos cuáles lo harán. Por casualidad o Voluntad Divina, podríamos estar en el lugar correcto en el momento correcto, para hacer algo por alguien que lo necesita. ¿Por qué, entonces, deberíamos devaluar cualquiera de nuestras acciones?
Durante el viaje de nuestra vida, si simplemente nos esforzamos por hacer todo el bien que podamos, algunas de nuestras acciones pueden inspirar a otros, incluso sin nuestro conocimiento. De manera pertinente, el Bhagavad-gītā (21.03) insta a los líderes a actuar de manera ejemplar que inspire a otros. A través de este verso, el Gītā nos llama a todos a convertirnos en líderes, incluso si es en nuestro pequeño rincón del mundo, y a hacer nuestra parte de manera que pueda inspirar a otros.
Conclusión:
Así como las acciones de la gente común nos han inspirado a nosotros, nuestras acciones pueden inspirar a otros; no subestimes el poder de las pequeñas buenas acciones.
Piénsalo:
· ¿Qué acciones de otros te han inspirado más?
· ¿Alguna vez descubriste que tus pequeñas acciones inspiraron a otros?
· Enumera tres cosas buenas que puedes hacer pero que no estás haciendo.
Los hombres comunes siguen los pasos de un gran hombre, sea cual fuere la acción que éste ejecute. Y cualesquiera que sean las pautas que él establezca mediante actos ejemplares, el mundo entero las sigue. – Bhagavad-gītā 3.21
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