Bhagavad-gītā 2.62
Empodérate, Nútrete
Los pensamientos y las emociones a veces se consideran secuenciales: cuando pensamos constantemente en algo, sentimos emociones en relación con ello. De manera pertinente, el Bhagavad-gītā (2.62-63) afirma que la contemplación (es decir, el pensamiento prolongado) conduce a emociones como el enamoramiento y la ira.
Además, los pensamientos y las emociones a veces se consideran paralelos - los pensamientos están asociados con la cabeza y las emociones, con el corazón. En consecuencia, las personas centradas en la cabeza son más racionales, mientras que las personas centradas en el corazón son más emocionales. Podemos hacer una introspección para comprender si somos naturalmente más emocionales o más racionales. Guiados por esa introspección, podemos organizar nuestra vida (nuestros roles, rutinas y responsabilidades) para tener una mayor armonía interior. Es pertinente que el Gītā nos insta a actuar según nuestra propia naturaleza, no según la naturaleza de otros (3.35, 18.46).
¿Cómo podemos aplicar estas dos interpretaciones de la relación entre pensamientos y emociones? En primer lugar, podemos vigilar nuestros pensamientos para que no se conviertan en emociones nocivas que acaben en autosabotaje. Más importante aún, podemos gestionar mejor nuestro mundo interior no restringiendo nuestros pensamientos, sino redirigiéndolos hacia el objeto supremo de pensamiento. Es pertinente que el Gītā nos insta repetidamente a centrar nuestros pensamientos en lo Divino (2.61).
En segundo lugar, independientemente de si somos más racionales o más emocionales, todos tenemos cabeza y corazón. Y, en última instancia, tanto la cabeza como el corazón necesitan ser dirigidos trascendentalmente. En el lenguaje del Bhagavad-gītā, la cabeza puede equipararse en términos generales con la inteligencia y el corazón con la mente. Y el Gītā nos insta repetidamente a ofrecer tanto nuestra mente como nuestra inteligencia a Kṛṣṇa (7.08, 12.14).
Resumen:
Vigile sus pensamientos para que no se conviertan en emociones nocivas; y obsérvate para conocer tu naturaleza, ya sea emocional o racional, y aprende a vivir en armonía.
Piénsalo:
· ¿Cómo se secuencian los pensamientos y las emociones?
· ¿Cómo son paralelos los pensamientos y las emociones?
· ¿Cómo se puede aplicar en la práctica la comprensión de la relación entre pensamientos y emociones?
Al contemplar los objetos de los sentidos, en la persona se desarrolla el apego a ellos, de ese apego nace la lujuria, y de la lujuria surge la ira. – Bhagavad-gītā 2.62
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