Cuando amamos al Señor más que al mundo, Él nos saca del mundo


Bhagavad-gītā 8.7

Mientras conducimos, el lugar al que nos dirigimos depende en gran medida del lugar al que queremos llegar. Este principio de que nuestras aspiraciones determinan nuestro destino también se aplica a nuestra existencia en general, tanto en la vida como en el exterior.
La sabiduría del Bhagavad-gītā explica que todos somos seres espirituales eternos en un viaje de evolución espiritual que abarca varias vidas. En diferentes vidas pasamos por diferentes cuerpos y en ellos buscamos refugio y placer según nuestro nivel de conciencia. Cuando pasamos de un cuerpo a otro, nuestra disposición al morir determina nuestro destino después de la muerte (Bhagavad-gītā 8.6). Este principio tiene una aplicación devocional específica - si recordamos a Dios, Kṛṣṇa, en el momento de la muerte, lo alcanzamos (8.5). Aquí, el recuerdo no significa principalmente el recuerdo intelectual de algo, sino esencialmente la gravitación natural de nuestra conciencia hacia su objeto más querido - el objeto que nos ha ofrecido el mayor refugio y placer, el objeto que buscamos reflexivamente en medio del momento del mayor peligro - la muerte.
Como Kṛṣṇa es el ser supremo, inmutable, omnisciente y omnisciente (8.8), puede ofrecernos el mayor refugio. Además, es la fuente absolutamente atractiva de todo lo atractivo (10.41) - cualquier placer que encontremos en cualquier objeto mundano, podemos encontrarlo todo y mucho más en Kṛṣṇa. Para disfrutar del refugio y el placer en Él de manera constante, debemos practicar diligentemente el bhakti-yoga. Este proceso consagrado por el tiempo redirige nuestra conciencia de sus apegos mundanos actuales hacia Kṛṣṇa.
Cuanto más apreciamos a Kṛṣṇa como nuestro mayor amor, más nuestras facultades internas, nuestra mente e inteligencia, se absorben en Él (8.7). Cuando Él nos ve elegirlo constantemente a Él por sobre todas las alternativas, nos corresponde elevándonos en el momento de la muerte más allá de este mundo. Nos lleva a Su morada, para deleitarnos por siempre en aquello en lo que nos hemos deleitado toda la vida - en Él.
Por lo tanto, Arjuna, siempre debes pensar en Mí en la forma de Kṛṣṇa, y al mismo tiempo desempeñar tu deber prescrito de pelear. Con tus actividades dedicadas a Mí y con la mente y la inteligencia fijas en Mí, llegarás a Mí sin duda alguna. – Bhagavad-gītā 8.7

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