Para acabar con nuestro olvido, comprometámonos primero a acabar con nuestro olvido de nuestro olvido


Bhagavad-gītā 8.8

A veces podemos desanimarnos en nuestra vida espiritual: “Sigo olvidándome de Kṛṣṇa una y otra vez, incluso después de practicar servicio devocional durante tanto tiempo. ¿Sirve de algo mi práctica?”.
Sí, definitivamente lo es. Porque pone fin a nuestro olvido de nuestro olvido. Y esa es la única manera de avanzar hacia el fin del olvido.
Cuando conducimos un coche, éste tiende a desviarse de su rumbo a menos que lo volvamos a poner en el camino correcto. Lo mismo se aplica a nuestro viaje espiritual. El mecanismo cuerpo-mente es como un vehículo para nosotras, las almas. Podemos usarlo para regresar a Kṛṣṇa manteniéndonos en el camino del servicio devocional. Pero este mecanismo material, especialmente la mente, tiene tendencias predeterminadas a gravitar hacia los placeres mundanos. Durante nuestro viaje por el camino del servicio devocional, estas tendencias nos empujan a desviarnos del camino. No podemos hacer que desaparezcan con un movimiento de varita mágica.
La única manera de librarnos de ellos es mediante un rechazo constante y sostenido cada vez que aparezcan. En la práctica, esto significa que volvemos a encaminarnos, sin importar cuántas veces nos desviemos de él. El Bhagavad-gītā ( 8.8 ) nos asegura que si practicamos el volver a poner la mente bajo control cada vez que se distraiga, finalmente alcanzaremos la perfección. Cuando nos comprometemos a practicar diariamente y con diligencia el servicio devocional, nos aseguramos de comprometernos a hacer correcciones de rumbo con regularidad.
Nuestra meditación y nuestro estudio nos recuerdan primero que hemos olvidado y luego nos recuerdan qué hemos olvidado. Cuanto más entusiastamente cultivamos el recuerdo consciente de Kṛṣṇa, más se profundiza nuestra atracción por Él. Esto aumenta nuestro recuerdo de Él también en otros momentos hasta que finalmente nuestro olvido muere. Y así vivimos para siempre en el amor de Kṛṣṇa en este mundo y en el próximo.
Aquel que medita en Mí como Suprema Personalidad de Dios, con la mente constantemente dedicada a recordarme a Mí, y que no se aparta del sendero, él, ¡oh, Pārtha!, es seguro que llega a Mí. – Bhagavad-gītā 8.8

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