Bhagavad-gītā 2.64
En el mundo actual, casi cualquier cosa se acepta si se presenta como un derecho a la libertad. Especialmente en el ámbito sensual, gran parte de la obscenidad se legitima, incluso se embellece, llamándola amor libre.
Sin embargo, cuando la sensualidad indiscriminada se racionaliza en nombre de la libertad, la gente queda encadenada a sus deseos inferiores. ¿Cómo? Con cada indulgencia, sus apegos se vuelven más y más fuertes hasta que quedan esclavizados al desenfreno. Y estos grilletes pueden arrastrarlos aún más hacia la depravación, incluso la criminalidad.
De hecho, cuanto más glamoriza la gente el amor libre y lo actualiza a través de la promiscuidad, más encuentran que ese mismo amor se vuelve esquivo. En las culturas que defienden el amor libre, las relaciones comprometidas y duraderas son escasas. Cada vez más familias se desmoronan, si es que se formaron en primer lugar. Las cicatrices emocionales resultantes afligen no sólo a las parejas separadas sino también a sus hijos traumatizados.
Desafortunadamente, aquellos que resaltan estas consecuencias y desaprueban el libertinaje son silenciados con etiquetas como mojigatos, aguafiestas y policía moral. Si los autodenominados defensores de la libertad realmente respetan la libertad, deberían respetar la libertad de expresión de quienes resaltan las heridas causadas por una libertad indisciplinada, excesiva y egoísta. Aquellos que sean lo suficientemente valientes y libres para escuchar acerca de estas heridas se darán cuenta de que esa “libertad” es el camino hacia la esclavitud y la miseria.
Además, los maestros espirituales que recomiendan la regulación como contrapeso a la libertad no nos privan del placer - nos ayudan en el camino hacia un placer duradero. La sabiduría del Gītā nos insta a dirigir espiritualmente nuestra búsqueda de la felicidad mediante la práctica del bhakti-yoga. El Bhagavad-gītā (2.64) afirma que cuando nos regulamos con base en la sabiduría de las Escrituras, alcanzamos pureza, misericordia y libertad. Allí podemos disfrutar de la realización duradera en nuestra identidad espiritual pura como partes eternas del todo atractivo supremo, Kṛṣṇa, el depósito de toda felicidad.
Pero una persona que está libre de todo apego y aversión, y que es capaz de controlar los sentidos por medio de principios que regulan la libertad, puede conseguir toda la misericordia del Señor. – Bhagavad-gītā 2.64
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