Bhagavad-gītā 3.5
La idea de no hacer nada a menudo atrae la imaginación de aquellos que desean un retiro del ajetreo de la vida materialista.
Y nuestra cultura nos mantiene demasiado ocupados para nuestro propio bien, como lo atestiguan las alarmantes estadísticas de estrés e hipertensión. Pero ¿no hacer nada es la solución? No precisamente.
Permanecer inactivo durante mucho tiempo no es ni aceptable ni posible. Incluso si de alguna manera nos calmamos físicamente, nuestra mente permanecerá activa. Y la inactividad física puede incluso hacer que toda nuestra energía apasionada se concentre en la mente, provocando así hiperactividad mental e incluso estrés.
Además, estar inactivo no es natural, tanto espiritual como materialmente. Espiritualmente, en esencia somos almas destinadas al amor eterno con el todo atractivo Supremo, Kṛṣṇa. Ese amor es activo y se expresa a través del servicio desinteresado e incesante. Entonces nuestra naturaleza espiritual es estar activos en el servicio. Sin duda, algunos caminos espirituales recomiendan la inacción. Pero tal inacción sirve, en el mejor de los casos, sólo como una salida a la enredadora acción mundana, no como una entrada a la existencia liberada propiamente dicha.
Materialmente, estamos encadenados a un complejo cuerpo-mente que tiene su propia naturaleza. El Bhagavad-gītā ( 3.05 ) afirma que los modos correspondientes a esta naturaleza nos impulsan constantemente a actuar, haciendo que nada sea imposible. Por lo tanto, en lugar de desperdiciar nuestra energía intentando lo antinatural y lo imposible, podemos redirigirla de actividades materialistas egocéntricas que agotan a actividades devocionales centradas en Kṛṣṇa que vivifican.
Las actividades devocionales son sumamente satisfactorias, pero hasta que nos purificamos, pueden parecer exigentes. Por eso, mientras practicamos la devoción, el aparente consuelo de no hacer nada puede tentarnos. Pero al comprender nuestra naturaleza espiritual y material, podemos decir firmemente no hacer nada ante esa tentación y así practicar la devoción de todo corazón. Esto, por la gracia de Kṛṣṇa, nos concederá un gusto más elevado y, en última instancia, nos elevará al ámbito de la actividad extática eterna.
Todo el mundo está forzado a actuar irremediablemente conforme a las cualidades que ha adquirido de las modalidades de la naturaleza material. Por lo tanto, nadie puede dejar de hacer algo, ni siquiera por un momento. – Bhagavad-gītā 3.5
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