Bhagavad-gītā 2.55
Imaginario se refiere a aquello que no existe, mientras que producto de la imaginación se refiere a aquello que resulta de la activación de la imaginación.
El placer sensorial no es imaginario en el sentido de que existe. El Bhagavad-gītā (5.22) reconoce la realidad de este placer al afirmar que surge cuando los sentidos y los objetos de los sentidos entran en contacto entre sí. Cuando vemos algo hermoso o probamos algo delicioso, sentimos cierto placer.
La sabiduría del Gītā no pretende privarnos del placer; más bien, pretende ayudarnos a poner fin a nuestra privación de placer autoinfligida.
Sin embargo, el Gītā (2.55) nos insta a rechazar tales placeres, declarándolos un producto de la mente ( mano – gataan ). Es debido a la imaginación de la mente que consideramos que esos placeres son inmensos e irresistibles. Entonces el placer existe, pero la imaginación lo exagera. Su cantidad, intensidad e irresistibilidad son productos de la imaginación, similar a confundir una gota de agua en un desierto con un océano. Sucumbimos a esa imaginación porque necesitamos placer: somos seres innatos que buscamos el placer.
Y la sabiduría del Gītā no pretende privarnos del placer; más bien, pretende ayudarnos a poner fin a nuestra privación de placer autoinfligida. Si estamos en un desierto desesperadamente por agua, entonces nuestra desesperación puede hacernos imaginar que una gota es mucho más de lo que es. Y si esta gota se encuentra en una dirección opuesta a la del océano, entonces perseguir esa gota nos aleja del océano. De manera similar, la conciencia corporal que es fundamental para disfrutar del placer sensorial en forma de gota nos aleja de la conciencia espiritual que es fundamental para disfrutar de la felicidad devocional oceánica en relación con Kṛṣṇa. Al redirigir nuestra sed de felicidad de la materia a Kṛṣṇa, al visualizar cómo podemos servirle de acuerdo con nuestros talentos y recursos, podemos satisfacer tanto la propensión de nuestra mente a la imaginación como el anhelo de felicidad de nuestro corazón.
La Suprema Personalidad de Dios dijo: ¡Oh, Pārtha!, se dice que un hombre se halla en estado de conciencia trascendental pura, cuando abandona todas las variedades de deseos de complacer los sentidos, deseos que surgen de la invención mental, y cuando su mente, purificada de ese modo, encuentra satisfacción únicamente en el ser. - Bhagavad-gītā 2.55
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