Bhagavad-gītā 2.41
Atento, Nútrete
Cuando la grasa se acumula en nuestro cuerpo, nos sentimos agobiados por tener que cargar con todo ese peso extra.
A menudo nos preocupamos por la grasa física, pero casi nunca reparamos en su equivalente mental – el bagaje de pensamientos innecesarios que arrastramos en nuestra mente. La mayor parte de la grasa mental surge de nuestra contemplación de tentaciones excitantes pero agitadoras. Esta contemplación desencadena en nosotros innumerables deseos y ansiedades. En consecuencia, a menudo tenemos que luchar contra muchos pensamientos extraviados sólo para llegar a la tarea que tenemos entre manos, por no hablar de hacerla. Esta lucha y el cansancio resultante a menudo nos vuelven irritables. Cuando otros cometen un pequeño error, explotamos desproporcionadamente dando rienda suelta a la irritación que se ha ido acumulando en nuestro interior. Con el tiempo, agobiados por los pensamientos desbocados internos y las cosas que van mal en el exterior, nos volvemos pesimistas, cínicos y depresivos.
Al igual que contrarrestamos la grasa física regulando la dieta y haciendo ejercicio, podemos contrarrestar la grasa mental regulando nuestra dieta mental y haciendo los ejercicios del estudio de las Escrituras y la meditación. Regular nuestra dieta mental significa minimizar el consumo de grasa mental que nos ofrecen las percepciones externas o las impresiones internas.
El estudio de las Escrituras nos permite comprender mejor nuestro mundo exterior e interior, discerniendo así lo que constituye una dieta mental sana y lo que constituye grasa mental. Y la meditación implica centrarse en la realidad espiritual suprema, la persona suprema Kṛṣṇa que todo lo atrae. Tal contemplación nos da la satisfacción interior y la fuerza para resistir el impulso de comer grasa mental. El Bhagavad-gītā (2.41), que apunta a la eliminación del equipaje mental, recomienda la concentración en un solo punto como base del éxito y advierte que la distracción es la receta del fracaso.
Cuanto más nos deshacemos de la grasa mental y nos ponemos en forma mentalmente, más podemos enfrentarnos a los obstáculos sin sentirnos desproporcionadamente agobiados, y podemos responder con mayor destreza y madurez.
Aquellos que están en este sendero son muy resueltos, y su objetivo es uno. ¡Oh, amado hijo de los Kurus!, la inteligencia de los irresolutos tiene innumerables ramificaciones. - Bhagavad-gītā 2.41
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