Bhagavad-gītā 2.42
La sabiduría del Gītā ofrece un programa espiritual inclusivo que permite a las personas con distintos impulsos espirituales elegir un camino que se adapte a su nivel de compromiso. Así, para quienes están demasiado enamorados de los placeres materiales y aún no están preparados para el gozo supremo del amor espiritual, ofrece la vía del karma-kanda, la religiosidad material que produce un mejor disfrute material en este mundo en esta vida, así como en los cielos en la otra vida.
Tales religiosos experimentan abundantemente en el cielo los placeres que han cautivado su imaginación. Además, su obediencia a las Escrituras promueve el despertar gradual de la conciencia superior en ellos. Así, con el tiempo se dan cuenta de la vacuidad de todos los placeres materiales, terrenales y celestiales. Debido a la fe que han desarrollado en las Escrituras al ver que sus promesas materiales se hacen realidad, recurrirán a ellas en busca de algo más elevado. Cuando descubran la enseñanza más elevada de las Escrituras sobre el amor espiritual a Kṛṣṇa, adoptarán esas enseñanzas y así progresarán hacia la perfección suprema de la vida eterna con Kṛṣṇa.
Un escollo importante en esta progresión de múltiples vidas es la concepción errónea de los practicantes sobre el destino. Si los religiosos materiales se vuelven cerrados de mente e insisten en que su comprensión actual de las Escrituras es su comprensión final, entonces se condenan a sí mismos al estancamiento en el nivel de la religiosidad material, donde oscilan vida tras vida entre la tierra y el cielo, sin encontrar nunca satisfactorio el placer material, pero sin buscar nunca ningún placer superior. De forma pertinente, el Bhagavad-gītā (2.42) advierte de que quienes confunden el cielo con el destino último de la vida se privan a sí mismos de la satisfacción suprema de la vida.
Si mantenemos la mente abierta para explorar la amplitud de la sabiduría de las Escrituras, podremos apreciar cómo ofrece paradas intermedias para los buscadores con modestos impulsos espirituales, a la vez que nos sentimos motivados para impulsarnos con la sabiduría de las Escrituras hasta su destino final.
Hombres de escaso conocimiento se apegan mucho a las floridas palabras de los Vedas, que recomiendan diversas actividades fruitivas en aras de la elevación a los planetas celestiales, la consiguiente buena cuna, poder, etc. - Bhagavad-gītā 2-42
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