La mente humana tiende a apegarse a lo externo. Entre los materialistas, esta tendencia hace que las personas se apeguen a las cosas materiales externas, manteniéndolas así atrapadas en la existencia material.
Entre los religiosos que al comprender las Escrituras reconocen la necesidad de salir de la existencia material y comienzan a practicar un camino espiritual, persiste esta tendencia. Hace que se apeguen a las fórmulas externas del camino y descuiden su propósito. El Bhagavad-gītāadvierte contra esta tendencia cuando (2.46) recuerda metafóricamente que el conocedor del propósito de la Escritura es su conocedor real. Ese propósito, especifica la Gītā más adelante (15.15), es conocer a Kṛṣṇa y amarle.
Este propósito central de la tradición de redirigir el amor humano hacia Kṛṣṇa no puede cambiarse. Pero las formas específicas en que se puede cumplir en diferentes contextos sociales es cambiante, de hecho, necesita ser cambiante.
Algunas personas confunden la fidelidad a la tradición con la fidelidad a un conjunto congelado de fórmulas externas que son inmutables para el resto de la eternidad. Tal concepción de la tradición se basa en una visión gravemente fragmentada de la tradición, una visión ciega a una parte vibrante de la tradición, su flexibilidad. Es esta flexibilidad la que hace que el núcleo inmutable de la tradición sea sensato, viable y saboreable para personas de distintos entornos sociales, generación tras generación, milenio tras milenio.
Por supuesto, un exceso de flexibilidad pone en peligro la tradición al cambiar su esencia. Por eso la tradición necesita videntes vivos, los conocedores contemporáneos de su propósito. Estas encarnaciones vivas de la sabiduría de Gītā garantizan el equilibrio entre mantenerla, por un lado, fiel y potente y, por otro, flexible y relevante. Este equilibrio garantiza que la tradición nunca se reduzca a una exposición de museo, sino que se expanda como una fuerza viva, transformadora y potenciadora del crecimiento individual y la catarsis social.
Todos los propósitos que cumple un pequeño pozo, puede cumplirlos de inmediato un gran depósito de agua. De igual modo, todos los propósitos de los Vedas pueden ser cumplidos por aquel que conoce el propósito que hay detrás de ellos. - Bhagavad-gītā 2.46
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