Bhagavad-gītā 2.66
El arte del equilibrio
Mucha gente trata las técnicas psicológicas como un sustituto de las ideas filosóficas. Si una técnica calma su mente, lo cual creen que es el propósito de la psicología, la aceptan sin investigar las implicaciones de esa técnica sobre qué es la mente y quiénes son ellos, lo cual es competencia de la filosofía.
Su apatía hacia la filosofía reduce la historia de su vida a una letanía de experimentos de prueba y error con técnicas de psicología pop para sentirse bien. Una vez que la novedad de tales técnicas se desvanece, la mente deja de encontrarlas atractivas y el buen sentimiento que proviene de ellas declina y desaparece.
En contraste con estos enfoques no filosóficos, la sabiduría del Gītā presenta sus técnicas psicológicas como un subconjunto de sus ideas filosóficas. Explica la naturaleza de la mente dentro del contexto de su explicación más amplia de nuestra identidad y destino: no somos nuestros cuerpos materiales, sino almas, que son partes amadas de Dios. Siendo Sus partes, necesitamos armonizar con él. El Bhagavad-gītā ( 2.66 ) afirma que quienes viven desconectados de Él no pueden tener una mente pacífica.
Para conectarse con Dios, el Gītā ofrece el proceso del yoga, especialmente el bhakti-yoga. Para aprovechar la potencia del bhakti, debemos practicarlo filosóficamente, no psicológicamente. Es decir, debemos resistir la tentación de evaluar el bhakti a través del criterio de la psicología pop: “Si me siento bien, lo practicaré; de lo contrario, no lo haré”.
La filosofía explica que los sentimientos inmediatos no siempre reflejan cambios consecuentes. Bhakti nos hace sentir bien en última instancia, porque nos conecta con la fuente de todo buen sentimiento, Dios. Pero para mantener esa conexión, necesitamos redirigir repetidamente la mente de sus fascinaciones mundanas hacia Dios. La mente se resiente rabiosamente de tal disciplina, haciéndonos sentir mal en el proceso. Sin embargo, a pesar del mal sentimiento, si, aprovechando la filosofía del Gītā, perseveramos en el bhakti, entonces nos espera un buen sentimiento eterno.
Aquel que no está relacionado con el Supremo [mediante el estado de conciencia de Kṛṣṇa], no puede tener ni inteligencia trascendental ni una mente estable, sin lo cual no hay posibilidad de encontrar la paz. Y ¿cómo puede haber felicidad alguna sin paz? – Bhagavad-gītā 2.66
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