Más allá de los estereotipos de un Dios iracundo


Bhagavad-gītā 18.64

Algunos grupos religiosos presentan a Dios como una entidad poderosa y aterradora que se sienta sobre las nubes y lanza rayos para castigar a los pecadores. Según ellos, cualquiera que se atreva a dar un paso en contra de la voluntad de Dios o incluso a albergar pensamientos contrarios a sus mandamientos será condenado a arder en las llamas del infierno para siempre.
Tal descripción es completamente contradictoria con la verdadera naturaleza de Dios, que es la encarnación del amor, la virtud y la misericordia. La sabiduría del Gītā nos asegura que Dios no está enfadado con nosotros. ¿Cómo podría un Dios ser considerado amoroso si nos considerara a todos permanentemente manchados por algún supuesto pecado cometido por algún antepasado lejano, como si la maldad fuera un defecto genético que se transmite ineludiblemente a cada generación sucesiva por toda la eternidad?
En categórico contraste con esa visión de una divinidad iracunda, la sabiduría del Gītā revela que Dios es eminentemente personal y afable. Es una divinidad profundamente apasionada por nosotros. Está locamente enamorado de nosotros y busca constantemente nuestro bienestar y elevación. Desciende una y otra vez a este mundo mortal y falible para restablecer el orden, ofreciéndonos un camino claro y seguro hacia Él. Reside en nuestros corazones como una superalma amorosa, vigilando, esperando y trabajando constantemente por nosotros. Cuando hacemos el más mínimo gesto de volvernos hacia Él, inmediatamente nos corresponde y nos brinda innumerables oportunidades de conectar con Él. A pesar de que nos alejamos de Él repetidamente a lo largo de múltiples vidas, nunca nos abandona. Nunca pierde la esperanza en nosotros; de hecho, el Bhagavad-gītā (18.64) afirma que está decidido a amarnos.
En efecto, el amor inquebrantable de Dios es la base de nuestra esperanza de elevación, liberación y reunión con Él en Su morada. Resumen:
Dios no está enfadado contigo; está enfadado por ti.
Piénsalo:
¿Por qué algunas personas piensan que Dios está enfadado con ellas?
¿De qué manera la sabiduría del Gītā proporciona una visión diferente de Dios?
¿De qué manera la comprensión de la visión del Gītā de una divinidad amorosa cambia tu actitud hacia tu relación con Dios?
Como tú eres Mi muy querido amigo, te estoy exponiendo Mi instrucción suprema, el conocimiento más confidencial de todos. Óyeme hablar de ello, pues es por tu bien. – Bhagavad-gītā 18.64

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