Bhagavad-gītā 3.43
A menudo, cuando no podemos resistir nuestros deseos inferiores, podemos culparnos por no estar lo suficientemente desapegados.
Si bien esto puede ser cierto, también debemos reconocer que el desapego no es una virtud que se desarrolla aisladamente de nuestras percepciones y emociones. Mientras pensemos y sintamos que podemos disfrutar de los placeres mundanos, no podremos permanecer alejados de ellos por mucho tiempo. Para cambiar nuestras acciones externas, necesitamos cambiar nuestras percepciones y emociones internas. Eso significa que debemos razonar y darnos cuenta de que los placeres mundanos no son todo lo que se anuncia, que la devoción espiritual nos ofrece una forma mucho más satisfactoria de satisfacer nuestro anhelo de felicidad.
El razonamiento filosófico y la realización devocional que componen el fundamento del desapego pueden denominarse discriminación o discernimiento, dadas las connotaciones negativas asociadas con la palabra discriminación, como en la discriminación racial. El Bhagavad-gītā (3.36-43) analiza cómo el deseo inferior de la lujuria nos desconcierta y cómo podemos combatirlo. Después de describir el modus operandi de la lujuria, esta sección concluye con el llamado a usar nuestra inteligencia filosófica o discernimiento para conquistar la lujuria.
Sólo mediante el discernimiento podemos pensar, sentir y aceptar que existe una felicidad superior a la prometida por la lujuria, que desapegarnos de los placeres lujuriosos para apegarnos a placeres devocionales superiores no es una privación, sino que es el camino hacia la satisfacción real.
En lugar de usar la fuerza bruta o reprendernos a nosotros mismos por la falta de fuerza de voluntad necesaria para el desapego, podemos esforzarnos por asegurar que el edificio del desapego tenga una base sólida en el discernimiento. En lugar de sentirnos frustrados porque el edificio de nuestro desapego se desmorona repetidamente en medio de la tormenta de la tentación, podemos esforzarnos inteligentemente por mejorar nuestro discernimiento esforzándonos por estudiar seriamente la sabiduría del Gītā y dedicarnos diligentemente a prácticas devocionales purificadoras.
En consecuencia, sabiendo que uno es trascendental a los sentidos, la mente y la inteligencia materiales, ¡oh, Arjuna, el de los poderosos brazos!, se debe estabilizar la mente mediante una inteligencia espiritual deliberada [el proceso de conciencia de Kṛṣṇa], y así, mediante la fuerza espiritual, conquistar a ese insaciable enemigo conocido como la lujuria. - Bhagavad-gītā_ 3.43
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