Cuando las fortalezas nos hacen débiles y las debilidades nos hacen fuertes


Bhagavad-gītā 4.11

Para sobrevivir y prosperar en nuestra cultura hipercompetitiva, normalmente ocultamos nuestras debilidades y exageramos nuestras fortalezas.
Tal estrategia puede ser necesaria en la vida material, pero es innecesaria e incluso indeseable en la vida espiritual. ¿Por qué? Porque nos quita el impulso principal para desarrollar nuestra relación con Kṛṣṇa - el sentimiento de que lo necesitamos.
Entendamos cómo.
En la vida espiritual, cuando nos concentramos sólo en nuestras fortalezas y negamos nuestras debilidades, no sentimos que necesitamos a Kṛṣṇa. Por eso no cultivamos diligentemente Su recuerdo interior. Hacemos bien sólo aquellas prácticas espirituales que son visibles para la comunidad de devotos, preservando así nuestro estatus como "buen devoto". Esa realización superficial de actividades espirituales priva a nuestro corazón de la satisfacción que proviene del recuerdo sincero de Kṛṣṇa. Esto nos hace caer presa de las tentaciones mundanas. Así nuestras fortalezas nos hacen débiles.
¿Cómo podemos sentir la necesidad de Kṛṣṇa? Cuando Lo amamos, naturalmente Lo añoramos, así como un amante naturalmente añora a su amado. Pero ¿qué podemos hacer cuando todavía no tenemos ese amor por Kṛṣṇa?
Reconocer nuestras debilidades ante Él.
Tal admisión honesta nos obliga a darnos cuenta de que no podemos prescindir de Kṛṣṇa. Sentimos con urgencia, fervor y desesperación: “Kṛṣṇa, te necesito”. Esta necesidad nos impulsa a buscar Su gracia, a invocarlo cantando, a tender Su mano amiga a través de un servicio humilde. El Bhagavad-gītā ( 04.11 ) indica que Kṛṣṇa otorga Su misericordia en proporción a la intensidad de nuestra súplica. Cuando sentimos la necesidad de Él y Lo buscamos sinceramente, Él corresponde manifestando Su presencia plena en nuestro corazón. La fuerza interior resultante nos capacita para resistir y rechazar las tentaciones mundanas. Así nuestras debilidades nos hacen fuertes.
En la medida en que todos ellos se entregan a Mí, Yo los recompenso. Todo el mundo sigue Mi sendero en todos los aspectos, ¡oh, hijo de Pṛthā! Bhagavad-gītā 4.11

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