Bhagavad-gītā 5.25
Supongamos que un cirujano está agitado, distraído o agotado mientras realiza una cirugía - un pequeño corte incorrecto puede ser desastroso. Su responsabilidad por la vida de los demás conlleva la responsabilidad de cuidar de sí mismos.
Algunas personas acusan a los espiritualistas de dedicar demasiado tiempo a sus propias prácticas espirituales y de no hacer nada práctico para ayudar a los demás. Pero esas personas no entienden que ofrecer ayuda espiritual es como ofrecer ayuda médica - ambas requieren educación, capacitación y atención adecuadas. Las prácticas espirituales diligentes nos ayudan a ver más profundamente y abordar las causas subyacentes de diversos problemas, resolviéndolos así de manera sostenible. Así, por ejemplo, el deseo egoísta suele ser la causa fundamental de la mayoría de los problemas. Y las prácticas espirituales contrarrestan ese egoísmo brindándonos una muestra de la dulzura del servicio desinteresado a Kṛṣṇa y a todos los seres vivientes en relación con Él.
El Bhagavad-gītā (5.25) afirma que los sabios que han purificado sus corazones de la ilusión y la dualidad trabajan por el bienestar de todos los seres vivientes. E incluso mientras trabajamos desinteresadamente y con benevolencia, debemos seguir purificándonos regularmente, del mismo modo que los cirujanos necesitan cuidarse adecuadamente a sí mismos para poder cuidar adecuadamente a los demás.
En realidad, este principio se aplica aún más en nuestra vida espiritual. ¿Por qué? Porque estamos destinados a ayudar a los demás no sólo con la guía sino también con el ejemplo. Si nuestras impurezas nos superan, podemos terminar causando mucho más daño que ofreciendo una guía equivocada; por nuestra mala conducta, podemos incluso destruir su fe.
Esta conciencia de nuestra responsabilidad social puede revitalizar nuestras prácticas espirituales con mayor compromiso y convicción - las hacemos no sólo para nuestro propio crecimiento espiritual, sino también para servir adecuadamente a los demás, dando un buen ejemplo y volviéndonos lo suficientemente puros para ofrecer consejos competentes.
Aquellos que se encuentran más allá de las dualidades que surgen de las dudas, que tienen la mente ocupada internamente, que siempre están muy ocupados en trabajar por el bienestar de todos los seres vivientes, y que están libres de toda clase de pecados, logran la liberación en el Supremo. – Bhagavad-gītā 5.25
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