Bhagavad-gītā 4.9
Venciendo la tentación
Supongamos que tuviéramos una máquina que estuviera programada para comportarse de una manera particular, para responder a ciertos estímulos con ciertas acciones. Supongamos que no queremos esa reacción programada, pero no podemos cambiar la programación. Entonces, cada vez que esa reacción comenzara, decidiríamos conscientemente rechazar esa reacción programada y elegiríamos de manera diferente. No nos involucraríamos demasiado ni en su reacción ni en nuestro rechazo.
El Bhagavad-gītā (5.8-9) nos ofrece esta visión mecanizada del cuerpo al declarar que todas las acciones corporales, es decir, las interacciones de los sentidos con los objetos de los sentidos, son simplemente acciones predeterminadas en las que no necesitamos involucrarnos emocionalmente o tomar personalmente. Por ejemplo, al ver u oler un manjar, se nos puede hacer agua la boca. Pero supongamos que ese día estuviéramos ayunando de ese alimento, entonces, a pesar de que se nos haga agua la boca, aun así nos abstendríamos de comerlo. El que se moje la boca es una reacción mecánica que no necesita cambiar nuestra intención.
La sabiduría del Gītā ilumina nuestro mundo interior en tres niveles: cuerpo, mente y conciencia. En correspondencia con estos niveles, todas las acciones comienzan primero como una reacción física a un estímulo externo, luego como la activación emocional del deseo por ese estímulo y, finalmente, como la intención consciente de entregarse a ese objeto. Si aprendemos a diferenciar entre estos tres, entonces no permitiremos que la reacción física o emocional se convierta en una intención consciente como una progresión irreflexiva e imparable. Veremos esas reacciones como simplemente una programación que debemos reconocer. Así, podemos distanciarnos de nuestras reacciones físicas y emocionales.
Las prácticas espirituales nos permiten volvernos más conscientes de nosotros mismos, acercándonos a nuestra propia esencia espiritual y a la realidad espiritual suprema, Kṛṣṇa, y permitiéndonos percibir mejor nuestro cuerpo como diferente de nosotros.
Al ver así las acciones del cuerpo mecánicamente, podemos evitar tomarnos sus reacciones como algo personal.
Piénsalo:
· ¿Cómo son mecánicas las reacciones del cuerpo?
· ¿Cuáles son los tres niveles de progresión en la realización de la acción?
· ¿Cómo podemos distanciarnos de las reacciones del cuerpo?
Pues mientras habla, evacua, recibe, y abre o cierra los ojos, siempre sabe que sólo los sentidos materiales están ocupados con sus objetos, y que ella está apartada de ellos. – Bhagavad-gītā 5.9
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