El destino puede determinar la complexión de nuestro rostro, pero nosotros determinamos la expresión de nuestro rostro

Bhagavad-gītā 9.6

“¿Está todo predestinado?”, nos podemos preguntar cuando factores que escapan a nuestro control arruinan nuestros esfuerzos por triunfar en la vida.
La sabiduría del Bhagavad-gītā responde que algunas cosas están destinadas, pero no todas. Nuestra relación con el destino es como la del viento con el cielo: así como el cielo determina el alcance del movimiento del viento, no el movimiento en sí, el destino (que actúa según la voluntad de Dios) determina el alcance de nuestras acciones, no nuestras acciones en sí mismas (Bhagavad-gītā 9.6).
Consideremos cómo puede desarrollarse esta dinámica en relación con algo que a menudo afecta la forma en que la gente nos ve: nuestra tez. Supongamos que alguien nace con una tez oscura en una cultura que considera la tez clara como el estándar de belleza. Puede sentir que el destino lo ha socavado desde su nacimiento, pero aun así puede elegir el tipo de expresión que muestra en su rostro.
Una tez menos atractiva con una sonrisa cálida es atractiva, a veces más atractiva que una cara muy atractiva con un ceño fruncido perpetuo. Y si esa expresión agradable proviene de una disposición afectuosa, tienen lo necesario para desarrollar relaciones estables y dulces. Una tez clara puede hacer que la primera impresión sea positiva, pero lo que hará que las impresiones posteriores sean positivas es la disposición. No podemos elegir nuestra tez, pero sí podemos elegir nuestra expresión y nuestra disposición.
En lugar de resentirnos con el destino por las cosas desfavorables que no están bajo nuestro control, podemos concentrarnos en las cosas favorables que sí están bajo nuestro control y esforzarnos por aprovecharlas al máximo. Tal aprovechamiento se vuelve más fácil cuando nos fortalecemos armonizando amorosamente con el supremo omnibenevolente, Kṛṣṇa, entendiendo que Él tiene un plan y un propósito para nuestra vida.
Así, al aceptar lo que el destino ha determinado sin obsesionarnos con ello, podemos tomar la iniciativa para crear un futuro más brillante y mejor.
Piénsalo bien:
· ¿Qué ejemplo del Bhagavad-gītā ilustra el alcance del destino?
· ¿Qué ejemplo contemporáneo ilustra cómo podemos trabajar de manera constructiva dentro de nuestro destino?
· ¿Te sientes limitado por el destino en algún ámbito? ¿Cómo puedes tomar la iniciativa dentro de esa limitación?
Sabed que así como el poderoso viento, que sopla por doquier, siempre descansa en el cielo, así mismo todos los seres creados descansan en Mí. - Bhagavad-gītā 9.6



 

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