Bhagavad-gītā 9.18
La conocida historia del hombre que mató al ganso que le daba los huevos de oro ilustra cómo la codicia por el recurso (los huevos) puede cegarnos respecto de la fuente (el ganso).
Para nuestra existencia y disfrute, dependemos indispensablemente de los recursos naturales. El Bhagavad-gītā ( 9.18 ) afirma que Kṛṣṇa es la semilla eterna de todas las existencias, indicando con ello que él es la fuente de todos los recursos mundanos. Pero mientras que una semilla desaparece después de germinar o un ganso muere después de poner un número finito de huevos, Kṛṣṇa es una fuente inagotable ( bijam avyayam ). Así como restar cualquier número de la infinitud no disminuye la infinitud, la emanación de Kṛṣṇa de cualquier cantidad de recursos mundanos no lo disminuye. Él permanece siempre perfecto y completo.
La sabiduría del Bhagavad-gītā explica que la prosperidad sostenible no se logra acumulando recursos, sino propiciando la fuente. ¿Por qué? Porque, por mucho que acumulemos recursos, todos son perecederos y agotables. Pero cuando propiciamos la fuente, ella nos proporciona los recursos cuando los necesitamos. Por eso, en los cuatro objetivos de la vida humana ( purusharthas ), el dharma (propiciación de la fuente) viene antes que el artha (acumulación de recursos) y el kama (disfrute de los recursos). La mentalidad impía de hoy en día, que busca únicamente el recurso y descuida o incluso rechaza la fuente, no puede conducir a una prosperidad sostenible, como lo demuestra la inminente crisis ecológica causada en gran medida por nuestra explotación indiscriminada de la naturaleza.
Es importante destacar que Kṛṣṇa no es sólo la fuente de todos los recursos, sino también el recurso supremo. El Bhagavad-gītā ( 7.20 ) declara que quienes reconocen que Kṛṣṇa es todo son verdaderamente iluminados. Somos seres espirituales y sólo podemos sentirnos satisfechos mediante el amor espiritual por Kṛṣṇa. A diferencia de los recursos mundanos que no pueden permanecer con nosotros después de la muerte, la fuente suprema permanece con nosotros eternamente, otorgándonos éxtasis espiritual si tan sólo volvemos nuestro corazón hacia Él.
Yo soy la meta, el sustentador, el amo, el testigo, la morada, el refugio y el amigo más querido. Yo soy la creación y la aniquilación, la base de todo, el lugar de descanso y la simiente eterna. - Bhagavad-gītā 9.18
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