Bhagavad-gītā 5.29
En nuestro acelerado estilo de vida tecnocéntrico, las redes sociales prometen satisfacer nuestras necesidades sociales. Las actualizaciones sobre amigos nos hacen sentir menos solos. Un número sustancial de amigos nos da un sentido de comunidad.
Sin duda, las redes sociales pueden ayudarnos a encontrar buenos amigos. Pero también puede convertirse en una necesidad compulsiva, en la que nuestra agitación al estar desconectados excede con creces cualquier gratificación que obtengamos al estar conectados.
Peor aún, al buscar compulsivamente más amigos, extrañamos al mejor amigo. El Bhagavad-gītā ( 5.29 ) declara que Dios, Kṛṣṇa, es nuestro mejor amigo; al conectarnos con Él, experimentamos la paz suprema. Él es el único amigo que siempre está con nosotros, siempre presente en nuestro corazón, esperando que nos volvamos hacia él. De hecho, Él nos está llamando ahora mismo a través de las palabras de las Escrituras. Desafortunadamente, estamos tan ocupados leyendo noticias sobre amigos en las redes sociales que no tenemos tiempo para escuchar su llamada.
Algunas personas pueden objetar: “Pero las redes sociales también pueden usarse para conectarse con Dios. Podemos obtener actualizaciones devocionales rápidas”.
Sí, las redes sociales pueden y deben usarse así. Pero, aun así, la conexión con Dios no es sólo una cuestión de actualizarnos sobre los acontecimientos: se trata esencialmente de actualizar nuestra conciencia. Para mejorar nuestra conciencia del nivel material al nivel espiritual, debemos concentrarnos en Él sin distraernos con actualizaciones interminables.
Para ayudarnos a centrarnos en Él, se hace accesible a través de los medios espirituales de la oración y la meditación. A través de la oración enviamos mensajes a Dios. Y a través de la meditación escuchamos sus mensajes. Cuando dicha conexión nos sensibiliza a su presencia enriquecedora en nuestro corazón, nos damos cuenta de que ni siquiera las últimas redes sociales pueden competir con estos medios espirituales eternos para satisfacer nuestro anhelo de amistad.
Una persona que tiene plena conciencia de Mí, que Me conoce como el beneficiario último de todos los sacrificios y austeridades, como el Señor Supremo de todos los planetas y semidioses, y como el benefactor y bienqueriente de todas las entidades vivientes, se libra de los tormentos de los sufrimientos materiales y encuentra la paz. – Bhagavad-gītā 5.29
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