No atribuyan a la voluntad de Dios lo que sucede por libre albedrío o por maldad


Bhagavad-gītā 5.15

Cuando alguien hace algo terrible, podemos preguntarnos: "¿Por qué Dios permitió que esto sucediera?".
El Bhagavad-gītā (5.15) indica que las acciones de las personas no pueden atribuirse a las intenciones de Dios: sus acciones son el resultado de sus propios engaños ignorantes.
Dios nos da a todos libre albedrío. Y basándose en nuestro karmapasado, nos da una esfera proporcional de influencia sobre la cual ejercer nuestro libre albedrío. Si alguien lastima a otros que se encuentran en su esfera de influencia, sus acciones se deben a su libre albedrío, no a la voluntad de Dios.
¿Qué pasa con las personas que habitualmente hacen mal uso de su libre albedrío?
¿Qué pasa con los alcohólicos que se sienten impulsados ​​a beber? ¿O asesinos en serie que asesinan sin piedad? ¿Existe algún ser maligno que hace que las personas hagan mal uso de su libre albedrío? No, el mal no es un ser misterioso y malicioso; es simplemente el impulso de nuestro mal uso pasado del libre albedrío. Nuestras acciones crean impresiones mentales, que dan lugar a propuestas para rehacer esas acciones. Cuanto más bebe un alcohólico, más contundente se vuelve la propuesta de beber. Cuanto más asesina un asesino, más muere su conciencia, lo que le permite matar con más indiferencia. Cuando las personas hacen cosas malas, impulsadas por el mal que hay en ellas, sus acciones no pueden atribuirse a Dios.
Aunque Dios no es responsable, sí responde. En medio de las adversidades, Él nos proporciona inteligencia espiritual para usar nuestro libre albedrío sabiamente y responder con madurez cuando otros actúan de manera hiriente. Lo más importante es que nos proporciona el potente proceso purificador del bhakti-yoga mediante el cual podemos reemplazar las malas impresiones dentro de nosotros con impresiones espirituales positivas, permitiéndonos así liberar nuestro libre albedrío de nuestros condicionamientos.
Cuando armonizamos así nuestra voluntad con la voluntad divina practicando bhakti-yoga diligentemente, nos convertimos en agentes de cambio positivo, sacando a relucir el bien, tanto interior como exterior.
Y el Señor Supremo tampoco asume la responsabilidad de las actividades pecaminosas o piadosas de nadie. Sin embargo, los seres encarnados están confundidos a causa de la ignorancia que cubre su verdadero conocimiento. Bhagavad-gītā 5.15

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