Bhagavad-gītā 4.38
Nútrete – Actitud positiva
Un niño que quiera convertirse en campeón de salto de longitud debe empezar dando pequeños saltos que pueden parecer insignificantemente normales. Pero para ese niño, esos pequeños saltos son pasos hacia adelante prácticos, tangibles y valiosos.
Siempre que nos esforzamos por lograr algo que valga la pena o que sea glorioso, podemos fracasar.
Ese fracaso puede desanimarnos y deprimirnos. Para evitar esa depresión, debemos reconocer que más importante que el éxito es el progreso. Si desarrollamos un impulso constante para avanzar desde donde estamos hacia donde queremos ir, tarde o temprano llegaremos a donde debemos estar.
Según nuestra naturaleza, talentos y circunstancias, todos tenemos diferentes puntos de partida: lo que puede ser fácil para otra persona puede no serlo tanto para nosotros. Si ignoramos o negamos esta realidad, sucumbimos a una de las dos caras de la moneda falsa de la tentación inducida por el ego: expectativas poco realistas (“Soy tan grandioso”) y depresión injustificada (“Soy tan inútil”).
Para resistir esa tentación, debemos deprimir nuestras expectativas. Deprimir nuestras expectativas no significa permitir el letargo o la apatía; simplemente significa reconocer que los viajes largos se recorren a través de pequeños pasos constantes, no a través de saltos repentinos y sorprendentes. Una actitud de humilde realismo hacia nuestro estatus y capacidad actuales puede ayudarnos a generar el impulso de un progreso constante que eventualmente generará éxito.
Este principio se aplica también al crecimiento espiritual. El Bhagavad-gītā (4.38) indica que la capacidad de disfrutar de la felicidad interior a través del conocimiento espiritual se desarrolla con el tiempo. En la misma línea, el Gītā (6.25-26) nos insta a esforzarnos repetidamente por llevar la mente hacia lo espiritual sin esperar de manera irreal la absorción espiritual de la noche a la mañana. Tal práctica sostenida eventualmente nos hará pacificarnos, purificarnos y satisfacernos (6.27-28).
Al deprimir nuestras expectativas de éxito hacia el progreso, podemos resistir la tentación de la depresión y avanzar hacia el éxito.
En este mundo no hay nada tan sublime y puro como el conocimiento trascendental. Dicho conocimiento es el fruto maduro de todo misticismo, y aquel que se ha vuelto experto en la práctica del servicio devocional disfruta de ese conocimiento internamente, a su debido tiempo. - Bhagavad-gītā 4.38
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