Bhagavad-gītā 9.12
Los escépticos se burlan de los pasatiempos de Kṛṣṇa, como levantar la colina de Govardhana: “¿Cómo pudo alguien levantar un objeto tan grande? ¿Cómo pudo encontrar su centro de gravedad?”.
Kṛṣṇa no tiene que encontrar el centro de gravedad porque Él es la fuente de la gravedad. La naturaleza material con todas sus leyes, como la gravedad, actúa bajo Su supervisión, como indica el Bhagavad-gītā ( 9.10 ). De modo que Él puede, a Su voluntad, suspender las leyes de la naturaleza, tal como el jefe de estado puede suspender las leyes del tráfico.
Las leyes de la naturaleza, tal como las conocemos, son nuestras inferencias lógicas derivadas de nuestras capacidades finitas y de nuestras experiencias finitas. Aunque pueden ayudarnos en el estudio de lo finito, pueden resultar perjudiciales si se las extrapola y se las aplica a lo infinito. Actúan como un filtro distorsionador que reduce erróneamente lo infinito a lo finito.
Al esperar que Kṛṣṇa, que es infinito, se ajuste a los límites de lo finito, nos privamos de la comprensión auténtica de lo infinito. El Bhagavad-gītā ( 9.11 ) indica que quienes equiparan a Kṛṣṇa con los mortales finitos se equivocan por completo (avajānanti mam mūḍha), pues pasan por alto su posición suprema (param bhāvaṁ ajananto).
El siguiente verso ( 9.12 ) afirma que todos sus esfuerzos terminan en futilidad (mogha), y caen más profundamente en la ilusión (prakritim mohinim shritah). De hecho, su ilusión continúa mientras sigan viendo el infinito a través de filtros finitos. De este modo, hacen que sus ilusiones finitas sean infinitas. Es decir, sus filtros estrechos hacen que la ilusión persista infinitamente, mientras se aferren a esos filtros.
Cuando Kṛṣṇa suspende las leyes de la naturaleza, esas demostraciones de Su supremacía nos invitan a trascender los límites de lo finito. Al aceptar Su invitación abrimos nuestro corazón para recibir y saborear Su amor infinito.
Aquellos que están confundidos de ese modo son atraídos por opiniones ateas y demoníacas. En esa condición engañada, sus esperanzas de liberarse, sus actividades fruitivas y su cultivo de conocimiento se ven todos frustrados. - Bhagavad-gita 9.12
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