Bhagavad-gītā 9.29
El amor se utiliza comúnmente para referirse a la emoción intensa que una persona puede sentir por otra. Sin embargo, el amor no es solo un sentimiento; es dar: darse a uno mismo por el bien del otro.
Pensemos en el amor de una madre por su recién nacido. Sin duda, tiene sentimientos muy fuertes hacia su bebé, pero lo que define su relación con él es la generosidad. Si el bebé empieza a llorar a medianoche, a la madre no le preocupa si ella misma se siente bien o no. En cambio, se esfuerza por calmar a su bebé entregándose a sí misma mediante su leche, sus palabras tranquilizadoras, sus caricias reconfortantes y su presencia tranquilizadora. En cualquier relación, cuanto más nos centramos en dar en lugar de sentir, más estabilizamos y fortalecemos esa relación. El mismo principio se aplica también a nuestra relación devocional con Kṛṣṇa.
Este aspecto generoso de la devoción se transmite en una secuencia de tres versos en el Bhagavad-gītā (9.26-28) que describe la ejecución del bhakti-yoga en niveles avanzados y no tan avanzados. Los devotos avanzados ofrecen a Kṛṣṇa su corazón y todo su ser. Incluso si las circunstancias limitadas los obligan a mantener su ofrenda práctica muy simple –una hoja, una flor, una fruta o sólo un poco de agua– su actitud de dar aún complace a Kṛṣṇa (9.26). Los devotos no tan avanzados pueden cultivar esa actitud de dar ofreciendo a Kṛṣṇa cualquier trabajo que hagan (9.27). Si le ofrecen constantemente las cosas que son queridas para ellos en su nivel de conciencia, gradualmente se elevan a la perfección suprema de la vida: el amor eterno por Kṛṣṇa (9.28).
Cuando cultivamos este aspecto generoso de la devoción, podemos trascender la inestabilidad que caracteriza nuestra práctica espiritual cuando está impulsada principalmente por los sentimientos. En lugar de obsesionarnos por cómo nos sentimos mientras practicamos bhakti, nos centramos en entregarnos en un servicio comprometido a Kṛṣṇa. La conexión resultante con Él nos hace sentir gradualmente espiritualmente plenos: profundamente, transformacionalmente, perennemente plenos.
De ese modo te librarás del cautiverio del trabajo y sus resultados auspiciosos y desfavorables. Con la mente fija en Mí y siguiendo ese principio de renunciación, te liberarás y vendrás a Mí. - Bhagavad-gītā 9.28
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