Bhagavad-gītā 9.26
Algunas personas preguntan: “Dios es completo y no necesita nada. Como nunca siente hambre, ¿qué necesidad hay de ofrecerle comida?
Esta pregunta es natural y válida porque a menudo se describe a Dios como un Ser Supremo satisfecho de Sí mismo. La sabiduría del Gītā reconoce esta descripción, pero también revela una concepción mucho más elevada de Dios: como una persona totalmente atractiva que se deleita en amorosas reciprocidades con Sus devotos, como Kṛṣṇa. En este nivel de comprensión, Dios como Kṛṣṇa se deleita tanto en amar las reciprocidades que tiene hambre de ellas. Su hambre, sin embargo, no es como la nuestra, impulsada por la necesidad corporal. Su hambre es completamente trascendental, motivada únicamente por la dinámica profunda del amor espiritual puro.
Entonces, si bien es cierto que Kṛṣṇa no siente hambre material, una verdad más elevada es que la devoción en el corazón de Su devoto actúa como Su aperitivo. Cuando un devoto le ofrece comida con devoción, siente un hambre tan intensa que se prepara, incluso anhela, por el alimento más simple. Por eso dice en el Bhagavad-gītā ( 9.26 ) que acepta incluso una hoja, una flor, un fruto o simplemente un poco de agua cuando cualquiera de estos se ofrece con devoción.
El hambre trascendental de Kṛṣṇa, cuando se comprende adecuadamente, se convierte en una oportunidad misericordiosa para que nosotros, los aspirantes a devotos, entremos más profundamente en una relación personal con Él. Al ofrecerle comida con cualquier devoción que tengamos actualmente, podemos sentir una sensación de accesibilidad e intimidad con Él. Con el tiempo, a través del servicio práctico de ofrecerle alimento, nuestro corazón, por Su misericordia, se enriquece cada vez más y se llena de devoción.
Así, al comprender cuidadosamente la naturaleza trascendental del hambre de Kṛṣṇa, podemos brindarle un servicio afectuoso que pondrá fin al hambre de amor eterno de nuestro corazón.
Sabed que así como el poderoso viento, que sopla por doquier, siempre descansa en el cielo, así mismo todos los seres creados descansan en Mí. - Bhagavad-gītā 9.26
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