Bhagavad-gītā 9.22
Amor Divino, Nutre tu devoción
Muchos caminos religiosos prometen felicidad, incluida la felicidad después de esta vida. La sabiduría del Bhagavad-gītā explica que no todos los destinos post mortem son igualmente buenos. El Bhagavad-gītā distingue entre el cielo y el mundo espiritual: el cielo es un lugar de inmensos placeres materiales que se alcanzan mediante la piedad religiosa, mientras que el mundo espiritual es el reino de Dios, el lugar del amor eterno que se alcanza mediante el bhakti-yoga.
¿Por qué importa esta diferencia? Porque el fruto de la piedad –la consecución del cielo– es temporal, mientras que el fruto del bhakti-yoga–la consecución del mundo espiritual– es eterno. Permanecemos en el cielo mientras tengamos las reservas necesarias de buen karma de nuestra piedad pasada, de la misma manera que podemos permanecer en un resort en la cima de una montaña mientras tengamos el dinero ganado con nuestro trabajo pasado. Aunque nuestra estancia en el cielo parezca enormemente larga desde una perspectiva terrenal, es finita; cuando termina, retrocedemos al nivel terrenal de la realidad (9.21).
El bhakti-yoga actúa sobre el anhelo que es innato en nosotros como almas eternas —nuestro anhelo de amar y ser amados— dirigiéndolo hacia la persona suprema y todo atractiva, Kṛṣṇa. Una vez que este anhelo está completamente enfocado en Kṛṣṇa mediante la práctica diligente del bhakti, Él nos lleva misericordiosamente al lugar donde ese anhelo puede ser mejor satisfecho: Su morada personal eterna. Incluso antes de que lleguemos allí, Él se asegura de que nuestros recursos para ese viaje nunca se pierdan: Él preserva lo que tenemos y nos provee lo que nos falta (9.22). Y el recurso más importante de esos recursos es nuestra atracción por Él; nunca se agota ni se elimina (2.40); permanece con nosotros a través de las vidas hasta que lo desarrollamos hasta su completa perfección, alcanzando así la vida eterna (6.43-45).
Resumen en una frase:
Mientras que los caminos religiosos centrados en la piedad nos llevan a lugares de mayor placer material, sólo el bhakti-yoga nos lleva a la morada del amor eterno.
Piénsalo:
· ¿En qué se diferencia el cielo del mundo espiritual?
· ¿Qué hay de malo en alcanzar el cielo?
· ¿Cómo nos proporciona el bhakti-yogaun resultado eterno?
Pero a aquellos que siempre Me adoran con una devoción exclusiva, meditando en Mi forma trascendental, Yo les llevo lo que les falta y les preservo lo que tienen. - Bhagavad-gītā 9.22
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