La mente que está limpia está serena


Bhagavad-gītā 6.27

Nuestra cultura urbanizada llena de estrés y alta velocidad hace que la tranquilidad sea un bien deseado pero difícil de alcanzar. Mucha gente piensa que ir a un lugar tranquilo, como una playa o la cima de una montaña, les dará paz.
Esto puede proporcionar cierto alivio, pero descuida lo que es esencial para la paz mental: la purificación. El Bhagavad-gītā ( 6.27 ) indica que la mente que está limpia al estar libre de las pasiones mundanas está serena.
¿Por qué es eso?
Porque una mente limpia no queda atrapada en enamoramientos por innumerables cosas triviales, como lo hace una mente impura. Las impurezas nos hacen imaginar que poseer y disfrutar las cosas bonitas del mundo nos dará placer. Y esta imaginación nos obliga a infinitas complejidades y ansiedades causadas por los intentos de satisfacer esos deseos. Incluso cuando nuestra paz se ve perturbada por problemas que surgen por sí solos, sin nuestros intentos de satisfacer deseos, esos problemas son reacciones kármicas a complacencias pasadas en deseos impuros.
Cuando nuestra mente está limpia, puede concentrarse en aquellas cosas materiales que son verdaderamente importantes y permanecer sin distracciones en entornos atractivos o agitados. Además, una mente limpia puede meditar fácilmente en la realidad espiritual suprema, Kṛṣṇa, que es la fuente de toda serenidad. Y significativamente, la meditación devocional es también el proceso más efectivo para limpiar la mente, porque Kṛṣṇa es supremamente puro y purificador.
Esta meditación puede ser más fácil en centros de retiro naturales que en apasionantes centros metropolitanos. Pero es más fácil en lugares donde la presencia de Kṛṣṇa es más manifiesta, centros espirituales vibrantes como templos, ya sea en entornos urbanos o rurales. Y en la medida en que cultivemos la devoción por Kṛṣṇa, en esa medida aumenta nuestra capacidad de meditar en Él en todos los entornos. Complacido con nuestra meditación sostenida, Kṛṣṇa hace que Su presencia se manifieste en todas partes, haciendo así de la serenidad una realidad constante.
El yogī cuya mente está fija en Mí, logra en verdad la máxima perfección de la felicidad trascendental. Él está más allá de la modalidad de la pasión, comprende su identidad cualitativa con el Supremo, y, en consecuencia, está libre de todas las reacciones de las acciones pasadas. – Bhagavad-gītā 6.27

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