Bhagavad-gītā 6.24
Cuando los gérmenes de una enfermedad mortal como la tuberculosis nos infectan y dan lugar a síntomas manifiestos de enfermedad, tomamos tratamiento de inmediato y con diligencia. Pero muchas veces después de algún tratamiento, si los síntomas desaparecen, suponemos que nos hemos recuperado y suspendimos el tratamiento. Sin embargo, los gérmenes sólo han sido silenciados, no eliminados. Cuando interrumpimos el tratamiento prematuramente, reaparecen, a veces en cepas más fuertes, como la tuberculosis resistente.
El mismo principio se aplica también a nuestra curación espiritual. La sabiduría del Gītā explica que actualmente nos encontramos en una condición espiritualmente enferma, infectados por los gérmenes de los deseos egoístas. Estos gérmenes desvían nuestra búsqueda natural de felicidad desde el nivel espiritual desinteresado al nivel material egoísta - desde deleitarnos como almas en amar y servir a Kṛṣṇa, el eterno Señor de nuestro corazón, hasta buscar placer en poseer y controlar las cosas mundanas. Cuando esos deseos egoístas se vuelven demasiado poderosos y nos impulsan a realizar actividades inmorales y antidevocionales, nos sentimos atormentados y comenzamos a recibir el tratamiento del servicio devocional, esforzándonos por absorbernos en Kṛṣṇa. Tal absorción nos proporciona una mayor inteligencia y gusto, lo que nos permite resistir esos deseos tentadores y atormentadores.
Pero cuando esos deseos disminuyen, tendemos a relajar nuestras prácticas devocionales, realizándolas mecánicamente y con indiferencia. Debido a que no nos conectamos con Kṛṣṇa, ya no saboreamos una felicidad superior. Y los gérmenes de los deseos egoístas resurgen y nos impulsan una vez más hacia indulgencias inferiores.
Afortunadamente, esos gérmenes nunca podrán volverse resistentes a Kṛṣṇa. Pero podemos acostumbrarnos a la ejecución superficial del servicio devocional. Debido a la fuerza obstructiva de este hábito, nos resulta difícil absorbernos en Kṛṣṇa, incluso cuando lo deseamos. Para evitar esa resistencia innecesaria, como nos insta el Bhagavad-gītā (6.24), debemos rechazar todos los deseos egoístas y permanecer constantemente absortos en la conciencia espiritual.
Uno debe dedicarse a la práctica del yoga con determinación y fe, y no dejarse apartar de la senda. Uno debe abandonar, sin excepción, todos los deseos materiales nacidos de especulaciones mentales, y de ese modo controlar con la mente todos los sentidos, por todas partes. – Bhagavad-gītā 6.24
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