Bhagavad-gītā 10.10
En medio de las dificultades, nuestra mente tiende a impulsarnos entre los extremos, como los extremos de un péndulo. Por ejemplo, cuando nos enfrentamos a una situación en la que no sabemos qué hacer, la mente puede hacernos oscilar entre la impecabilidad y la inutilidad.
Al principio, puede exigirnos que seamos perfectos y lleguemos a una comprensión o solución absolutamente impecables. Tal exigencia es realmente imposible de cumplir, porque somos seres finitos y falibles. Si de algún modo nos hacemos creer que somos perfectos, nos volvemos tontamente inflexibles. Y acabamos corriendo por el camino de la autodestrucción pavimentado por nuestra propia certeza inflexible y arrogante de la perfección de nuestras soluciones o concepciones.
Con el tiempo, cuando nos enfrentamos repetidamente a la aleccionadora realidad de que no somos perfectos, nuestra mente puede impulsarnos hacia el otro extremo del péndulo. Nos hace creer que no servimos para nada y que no seremos capaces de entender nada correctamente en el complicado mundo, ni de hacer nada bien en los complejos dilemas de la vida. Esa concepción puede ser desalentadora, incluso paralizante.
La humildad nos permite encontrar un término medio entre estos dos extremos: omnisciencia y omnipotencia totales, por un lado, e ignorancia e incompetencia absolutas, por otro. ¿Cómo podemos avanzar hacia ese término medio? Animándonos a avanzar con la confianza de que siempre podemos tratar de equivocarnos un poco menos. Podemos intentar comprender mejor la situación y esforzarnos por corregir un poco el rumbo de nuestras acciones. Este enfoque se basa en la realidad: a pesar de que nunca hemos sido perfectos en nuestra vida, hemos superado muchas situaciones difíciles y hemos hecho cosas que merecen la pena.
Si queremos adoptar este enfoque humilde de la vida, la sabiduría del Gītā nos ayuda proporcionándonos varias ideas pertinentes. Nos recuerda que todos formamos parte de una realidad divina que es mucho más grande que nosotros mismos (15.7), y que esa realidad nos guía a través de nuestro atribulado deambular por este mundo (18.61). Con una actitud de servicio y en el ánimo de la contribución devocional, si buscamos no llegar a ser perfectos sino ser un poco más sabios o estar un poco menos equivocados, entonces seremos guiados hacia una mejor comprensión y una mejor elección, como asegura el Bhagavad-gītā (10.10).
Resumen:
La humildad nos abre una tercera vía entre ser perfectos y ser inútiles: siempre podemos progresar hacia ser un poco menos equivocados.
Piénsalo bien.
· Cuando se enfrenta a una situación difícil, ¿cómo hace la mente para hacernos una exigencia poco realista?
· ¿Cómo nos quita poder la mente al irse al otro extremo?
· ¿Cómo podemos encontrar un punto medio entre estos dos extremos?
A aquellos que están constantemente consagrados a servirme con amor, Yo les doy la inteligencia mediante la cual pueden venir a Mí. – Bhagavad-gītā 10.10
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