Bhagavad-gītā 6.33
Cuando
practicamos la meditación y nos esforzamos por alcanzar la conciencia
espiritual, a menudo descubrimos que nuestra mente divaga de aquí para allá y
de todas partes. Podemos desanimarnos y pensar: “Simplemente no puedo
concentrarme, simplemente estoy perdiendo el tiempo meditando”. ¿Es de alguna
utilidad esa meditación?
Curiosamente,
Arjuna también expresa una aprensión similar cuando afirma (6.33) que la mente
está inquieta e inestable. Empatizando con él, Kṛṣṇa responde (6.35) instándolo
a no desanimarse, sino a perseverar en enfocar la mente.
Para
cultivar tal diligencia, podemos contemplar que incluso nuestra conciencia de
nuestra falta de autoconciencia es un paso adelante en la autoconciencia.
Consideremos el ejemplo de comer. Supongamos que durante el transcurso del día
sentimos la necesidad de comer un refrigerio inoportuno. E, incluso sin nuestra
conciencia, nuestras piernas y manos comienzan a moverse hacia algún alimento
poco saludable. En el pasado, cuando éramos en gran medida inconscientes de
nosotros mismos, es posible que hayamos consumido varios bocadillos antes de
darnos cuenta de que nos estábamos dando atracones. Cuando finalmente nos dimos
cuenta, podríamos sentirnos tan frustrados por nuestra falta de autocontrol que
la mente astuta podría impulsarnos a seguir emborrachándonos.
Pero
podemos detenernos mucho antes si nos esforzamos por mantener la disciplina
mental durante nuestras prácticas de meditación. Esa diligencia se vuelve mucho
más fácil cuando hacemos que nuestra meditación sea devocional. El bhakti-yoga
nos hace conscientes no sólo de nuestro yo, sino también del yo del yo, Kṛṣṇa,
del cual somos partes eternas. Meditar en Él nos conecta con una reserva
ilimitada de felicidad superior, lo que hace que sea más fácil centrarnos en Él.
Por lo tanto, en lugar de ceder al desánimo, podemos esforzarnos por lograr la mayor conciencia de nosotros mismos que nos sea posible. Con tal diligencia, estaremos cada vez más concentrados no sólo durante la meditación sino también a lo largo del día y a lo largo de nuestra vida.
Arjuna dijo: ¡Oh, Madhusūdana!, el sistema de yoga que has resumido me parece impráctico e intolerable, ya que la mente es inquieta e inestable. – Bhagavad-gītā 6.33
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