Bhagavad-gītā 6.32
El Bhagavad-gītāen su capítulo sexto analiza el proceso del aṣṭāṅga-yoga. Si bien hoy en día este tipo de yoga se considera principalmente una herramienta para moldear y fortalecer el cuerpo, el Gītā es claro acerca del impulso del yogaque trasciende el mundo: los yogīs serios necesitan renunciar al mundo y retirarse a un lugar sagrado y apartado para dedicarse exclusivamente a vivir durante toda su vida la práctica de yoga.
Sin embargo, después de describir cómo los yogīs renuncian al mundo, el Gītā(6.32) declara que los yogīs más elevados no son aquellos que miran al mundo con desapego o desdén, sino aquellos que lo miran con preocupación y compasión. Habiendo comprendido por su propia experiencia cómo la desconexión de la realidad espiritual trae miseria y cómo la reconexión con la realidad espiritual trae felicidad, quieren compartir su alegría con todos.
Por lo tanto, su objetivo no es tanto renunciar a lo material por lo espiritual, sino llevar las alegrías del nivel espiritual de la realidad a aquellos que todavía están en el nivel material de conciencia. Así como las personas en una zona epidémica que han sido curadas con una potente medicina pueden compadecerse de los dolores de aquellos que todavía están afligidos, los espiritualistas que han sido curados del materialismo mediante el potente proceso del yogapueden compadecerse de los dolores de aquellos que todavía están atrapados en la conciencia materialista.
El Gītādeclara en sus versos anteriores (6.30-31) que esos yogīs compasivos son personalistas, porque ven la manifestación personal de la Verdad Absoluta, Kṛṣṇa, impregnando toda la existencia. Entendiendo que la visión plenamente realizada no es simplemente el divorcio del espíritu y la materia, sino la armonización tanto del espíritu como de la materia con su fuente suprema, se esfuerzan por ayudar a todos a progresar hacia esa armonización.
La mejor manera de lograr esa armonización es mediante el bhakti-yoga, que integra eficazmente la realización personal y la compasión pública por el bienestar individual y social.
¡Oh, Arjuna!, aquel que, mediante la comparación con su propio ser, ve la verdadera igualdad de todos los seres tanto en su felicidad como en su aflicción, es un yogī perfecto. – Bhagavad-gītā 6.32
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