Bhagavad-gītā 10.37
Cuando necesitamos hacer algo difícil, podemos orar pidiendo ayuda. Los escépticos se burlan de este tipo de oraciones: “¿De qué sirve? Si tienes un examen, ¿te va a responder Dios las preguntas?”.
Estos escépticos no entienden la naturaleza de la relación entre los seres humanos y Dios. La oración no tiene por objeto reemplazar el esfuerzo humano, sino guiarlo y complementarlo. Cuando oramos, Dios puede, por supuesto, responder cambiando las cosas que están fuera de nuestro control, pero también puede responder dándonos poder y guiándonos. De este modo, Dios actúa tanto más allá de nosotros como a través de nosotros.
Los múltiples modos de acción de Kṛṣṇa se demuestran en el Mahābhārata. Durante la guerra culminante, Arjuna luchó incansablemente y sin miedo. Especialmente el día catorce, cuando había jurado derrotar a Jayadratha antes del atardecer, él solo penetró profundamente en el ejército Kaurava. Logró tan estupenda hazaña no solo por su habilidad con el arco, sino principalmente por la iniciación de Kṛṣṇa. Ese día, aunque Arjuna ejerció su poder plenamente, aun así no alcanzó a Jayadratha. Kṛṣṇa compensó la deficiencia utilizando Su poder místico para cubrir el Sol, adormeciendo así a los Kauravas y dándole a Arjuna los preciosos momentos necesarios para cumplir su misión. El Bhagavad-gītā transmite que Arjuna recibió poder divino (11.33) y que su opulencia manifestó el esplendor de Kṛṣṇa (10.37).
El empoderamiento divino fue decisivo para el éxito de Arjuna; esto se hizo evidente cuando se le retiró ese empoderamiento después de la partida de Kṛṣṇa de este mundo. Antes, los guerreros más destacados del mundo no pudieron detener a Arjuna; ahora, él no pudo detener a unos ladrones de poca monta.
A través de todas las formas misteriosas en que Kṛṣṇa actúa, siempre lo hace por nosotros. Siendo el bienqueriente de todos (5.29), Él organiza las cosas para nuestro máximo bienestar. Al meditar en Su benevolencia, podemos permanecer firmes en nuestro servicio con oración y determinación, dejando que la gracia divina guíe y complemente nuestro esfuerzo humano.
De los descendientes de Vṛṣṇi, Yo soy Vāsudeva, y de los Pāṇḍavas soy Arjuna. De los sabios, Yo soy Vyāsa, y entre los grandes pensadores soy Uśanā. – Bhagavad-gītā 10.37
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