Bhagavad-gītā 10.36
El mundo define el éxito en términos de posesiones y posiciones. Sin embargo, las celebridades que poseen estas cosas a veces se suicidan. No es raro que personas aclamadas públicamente como historias de éxito sean historias tan tristes en privado que están deprimidas, paranoicas o adictas.
Estos “fracasos exitosos” plantean la pregunta: ¿qué sentido tiene el éxito?
El punto es el amor. Todos queremos amar y ser amados. Y creemos que alcanzar el éxito nos hará más amados a los ojos del mundo. Sin embargo, los ojos del mundo son notoriamente volubles: nos abandonan tan pronto como los símbolos del éxito de otra persona reemplazan a los nuestros. Aquellos que confunden la adulación del mundo con afecto viven con el temor de perder esa adulación. Y cuando finalmente la pierden por la marcha inexorable del tiempo, quedan devastados.
Para satisfacer nuestro deseo de éxito y nuestro anhelo de amor, necesitamos una guía espiritual. La sabiduría del Bhagavad-gītā explica que, en el fondo, somos almas que somos partes del supremo y atractivo Kṛṣṇa. Él es sumamente amoroso y sumamente digno de ser amado. Al amarlo, encontramos la felicidad eterna. Absorbernos devotamente en Él es el éxito supremo de la vida.
Cuando experimentamos la euforia del éxito mundano, en realidad estamos experimentando a Kṛṣṇa, pues el éxito es una de Sus manifestaciones opulentas (Bhagavad-gītā 10.36). De hecho, Él es la esencia del éxito.
Además, Él se manifiesta como nuestras habilidades (7.8). Nuestras habilidades son Sus dones destinados a ayudarnos a servirle en este mundo y alcanzarlo en el próximo. Como Él es la habilidad que nos permite tener éxito, Él es la fuente última de todo éxito.
El sentido del éxito, de disfrutar la emoción de la victoria, es dirigir nuestro corazón hacia donde esa emoción pueda saborearse para siempre: amando a Aquel que es la esencia y la fuente del éxito.
Yo soy la muerte que todo lo devora, y soy el principio generador de todo lo que está por existir. Entre las mujeres, Yo soy la fama, la fortuna, la manera fina de hablar, la memoria, la inteligencia, la constancia y la paciencia. – Bhagavad-gītā 10.36
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