Entender que no podemos entender a Kṛṣṇa es la clave para entenderlo


Bhagavad-gītā 11.1

En el Bhagavad-gītā, Arjuna admite ( 10.14 ) que ni siquiera los seres sobrehumanos, como los dioses, pueden entender a Kṛṣṇa. Con ello, da a entender que él tampoco puede entender a Kṛṣṇa.
Sin embargo, esta admisión no disminuye el anhelo de Arjuna por saber más acerca de Kṛṣṇa, como es evidente en su petición ( 10.16 ) de que Kṛṣṇa hable de Sus glorias en detalle. Después de escuchar esas glorias en el décimo capítulo, Arjuna declara ( 11.1 ) que las misericordiosas palabras de Kṛṣṇa han disipado su ilusión.
¿Significa esto que Arjuna ha comprendido plenamente a Kṛṣṇa? No, porque él, como todos nosotros, es eternamente un alma finita, y lo finito nunca puede comprender plenamente lo infinito.
¿A qué se refiere entonces la afirmación de Arjuna?
Se refiere a la eliminación de la ilusión que, al comienzo del Bhagavad-gītā, había oscurecido su comprensión del plan de Kṛṣṇa, la ilusión que lo había hecho vacilar y titubear en su servicio devocional. La restauración de su determinación de servir a Kṛṣṇa es evidente en su declaración ( 18.73 ) al final del Bhagavad-gītā.
¿Cómo se aplica el ejemplo de Arjuna a nuestra vida como buscadores devotos?
Nuestra búsqueda devocional despega sólo cuando aceptamos el principio de que no podemos comprender a Kṛṣṇa en el sentido de que no podemos conquistarlo con nuestra inteligencia como, por ejemplo, podríamos resolver un crucigrama. Esta aceptación minimiza las muchas exasperaciones y dudas que surgen cuando no podemos encajarlo en nuestro marco intelectual preconcebido.
Con la distracción intelectual así minimizada, podemos concentrarnos en servir a Kṛṣṇa con nuestra inteligencia, esforzándonos por comprenderlo tanto como sea posible con un ánimo de sumisión, no de conquista. Esta actitud de servicio nos ayuda a darnos cuenta de que Él es nuestro mayor bienqueriente y que es sumamente digno de nuestro amor incondicional. Esta comprensión aumenta nuestra atracción hacia Él. Y esa atracción divina es la perfección suprema de nuestra inteligencia, en verdad, de nuestra existencia.
Arjuna dijo: Por haber oído las instrucciones que has tenido a bien darme acerca de estos asuntos espirituales que son de lo más confidenciales, ahora mi ilusión se ha disipado. – Bhagavad-gītā 11.1

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