Bhagavad-gītā 11.33
Muchas personas quieren o afirman defender a Dios. Eso significa que quieren representar a Dios y desafiar a quienes lo difaman o difunden ideas erróneas sobre Él.
Si bien puede ser noble actuar en el mundo en nombre de Dios, debemos considerar honesta y humildemente si en realidad estamos actuando en nombre de Dios o si tal vez estamos actuando en nombre de nuestro ego.
Lamentablemente, la historia del mundo muestra que muchas revoluciones, incluso las de inspiración religiosa, fueron impulsadas inicialmente por ideas nobles. Pero, a medida que esas revoluciones adquirieron un impulso destructivo, a menudo actuaron en contra de los ideales que se suponía que defendían y se convirtieron en contrarrevoluciones que condujeron a tanto mal, si no más, que el mal que se suponía que debían contrarrestar.
Por eso necesitamos una conexión interior firme con Él, establecida mediante un régimen regular de prácticas espirituales, como la meditación y el estudio de las Escrituras, y la asociación con personas devotas de Dios. Entonces esa conexión garantizará que recibamos la guía de Dios mientras enfrentamos los muchos desafíos del mundo.
En el Bhagavad-gītā (11.33), Kṛṣṇa insta a Arjuna a convertirse en un instrumento en Sus manos. Al mismo tiempo, el Bhagavad-gītā guía a Arjuna para que lleve una vida de virtud y devoción, e incluso antes de esta acción en particular, Arjuna escucha sumisamente a Kṛṣṇa e internaliza la sabiduría del Bhagavad-gītā y, de ese modo, es capaz de convertirse en un instrumento para el servicio de Kṛṣṇa.
Siguiendo su ejemplo, debemos aprender a ponernos primero bajo la autoridad de Dios con humildad, oración y espíritu de servicio. Luego, cuando nos enfrentemos al mundo y nos pongamos del lado de Dios, desafiando diversos tropos culturales, estereotipos sociales y conceptos intelectuales erróneos, actuaremos en realidad como instrumentos no sólo de la sabiduría de Dios, sino también de Su compasión y amor, y de ese modo haremos un bien tangible al mundo.
Resumen en una frase:
Para defender mejor a Dios, primero hay que ponerse bajo Dios.
Piénsalo bien:
· ¿Qué suele salir mal cuando la gente se rebela por una causa noble?
· ¿Cómo podemos estar bajo Dios?
· ¿Cómo puede el permanecer bajo Dios ayudarnos a permanecer para Dios?
Por lo tanto, levántate. Prepárate a pelear y gánate la gloria. Conquista a tus enemigos y disfruta de un reino floreciente. Ellos ya han sido destinados a morir por disposición Mía, y tú, ¡oh, Savyasācī!, no puedes sino ser un instrumento en la contienda. – Bhagavad-gītā 11.33
No hay comentarios:
Publicar un comentario