La oración debe actuar como complemento de la acción prudente, no como reemplazo


Bhagavad-gītā 11.40

Algunas personas piensan que la oración es una varita mágica para resolver todos los problemas o un escudo místico contra todos los problemas. Por ejemplo, en medio de una pandemia, afirman que la oración los libera de la responsabilidad de tomar medidas prácticas para evitar el contagio. Sin embargo, las tradiciones espirituales consagradas por el tiempo enfatizan que la oración es un complemento de la acción prudente, no su reemplazo.
Este principio de orar sinceramente y actuar responsablemente se demuestra en el Bhagavad-gītā. Al encontrarse con la forma universal (11.15-31), Arjuna ofrece oraciones, llenas de emoción y erudición (11.36-46). En ellas, por ejemplo, ofrece su homenaje reverencial, reconociendo la omnipresencia y omnipotencia divinas (11.40). Sin embargo, ese reconocimiento no le hace imaginar que la oración por sí sola lo protegerá en la guerra subsiguiente. Toma su arco (18.78) y lucha diligentemente; nunca presupone que la oración lo exime de la necesidad de usar su habilidad con el arco, de manera plena y hábil.
Si la oración no reemplaza la acción prudente, ¿qué hace? La complementa ayudándonos a aumentar nuestra compostura, concentración y conexión.
· Compostura: Siempre que hacemos algo, nuestra mente suele preocuparse por cosas que están más allá de nuestro control. La oración nos recuerda que esas cosas no están totalmente fuera de nuestro control; serán manejadas por una inteligencia mucho mayor que la nuestra.
· Concentración: Después de haber confiado a las manos divinas lo que está más allá de nuestro control, la oración nos inspira a concentrarnos en hacer nuestra parte con diligencia y destreza. El Bhagavad-gītā afirma que todos somos partes de lo divino (15.07). Eso significa que todos tenemos que desempeñar nuestra parte y debemos hacerlo utilizando todas las capacidades y recursos que Dios nos ha dado.
· Conexión: La oración nos mantiene conectados espiritualmente para que a través de todo lo que hagamos y cualquier resultado que obtengamos, ya sea éxito o fracaso o algo intermedio, crezcamos en autocomprensión y progresemos para convertirnos en lo mejor que podemos ser.
Piénsalo bien:
· ¿Cuál es la relación entre la oración y la acción prudente?
· ¿Cómo demuestra el Bhagavad-gītā esa relación?
· ¿Cómo puede la oración ayudarnos a actuar responsablemente?
¡Mis reverencias a Ti por delante, por detrás y por todas partes! ¡Oh, poder infinito!, ¡Tú eres el amo de una fuerza ilimitada! ¡Tú eres omnipresente, y, en consecuencia, lo eres todo! – Bhagavad-gītā 11.40

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