Por qué necesitamos perdonarnos a nosotros mismos


Bhagavad-gītā 12.13

Empodérate , Nútrete
Supongamos que hemos maltratado gravemente a otras personas en el pasado. Podemos decidir no perdonarnos nunca como forma de compensar esas acciones.
Sin embargo, ¿qué requiere la reparación de nuestras malas acciones? Externamente, ofrecer disculpas y reparar nuestros errores. E, internamente, cambiar nuestras impresiones mentales, que son las que impulsan nuestras diversas acciones. Cuando maltratamos a los demás, esa acción surgió de una impresión psíquica subyacente de crueldad. Si queremos enmendar el daño y tratar mejor a los demás en el futuro, debemos reemplazar esa impresión de crueldad por una impresión de bondad. Y la única manera de cambiar nuestras impresiones internas es eligiendo conscientemente actuar con amabilidad. Esto significa que tratamos a los demás con amabilidad y también nos tratamos con amabilidad a nosotros mismos.
¿No podemos ser amables con los demás y duros con nosotros mismos? Es posible durante un tiempo, pero no de manera sostenible. ¿Por qué no? Porque nuestras acciones habituales están determinadas menos por nuestras intenciones conscientes y más por nuestras impresiones subconscientes. Cuando no perdonamos a nadie, actuamos con crueldad con nosotros mismos, reforzando así la impresión interna de crueldad. Y como nuestra mente se concentra mucho más en nosotros mismos que en los demás, nuestra crueldad con nosotros mismos formará impresiones más fuertes que nuestra bondad con los demás. Con el tiempo, estas impresiones de crueldad abrumarán a las impresiones de bondad y nos impulsarán a actuar con crueldad también con los demás.
Para cambiar de manera sostenible, la bondad debe comenzar en casa: debemos perdonarnos a nosotros mismos. En el Bhagavad-gītā (12.13) se nos insta a ser buenos amigos con todos, incluyéndonos a nosotros también.
Resumen en una frase:
Cuando nos negamos a perdonarnos por nuestras malas acciones pasadas, inconscientemente estamos tratando de compensar nuestra mala conducta pasada hacia los demás con nuestra mala conducta actual hacia nosotros mismos; pero la única forma sostenible de compensar la mala conducta es mediante la bondad, hacia los demás y hacia nosotros mismos también.
Piénsalo bien:
· ¿Qué requiere la reparación de nuestras malas acciones?
· ¿Por qué no podemos ser amables con los demás y duros con nosotros mismos?
· ¿En qué área de tu vida necesitas perdonarte? ¿Qué te está frenando? ¿Cómo puedes eliminar ese obstáculo?
Aquel que no es envidioso sino que, más bien, es un buen amigo de todas las entidades vivientes, que no se cree propietario de nada y que está libre del ego falso, que mantiene la ecuanimidad tanto en la felicidad como en la aflicción, que es tolerante, que siempre está satisfecho, que es autocontrolado, y que está dedicado al servicio devocional con determinación, con la mente e inteligencia fijas en Mí, esa clase de devoto Mío es muy querido por Mí. - Bhagavad-gītā 12.13

No hay comentarios:

Publicar un comentario