Si hacemos lo que podemos, Kṛṣṇa nos da el poder para hacer lo que no podemos


Bhagavad-gītā 11.34

Durante la guerra de Kurukṣetra, el hijo de Arjuna, Abhimanyu, fue asesinado injusta y brutalmente el día trece. Indignado, Arjuna juró matar antes de la siguiente puesta de Sol al guerrero más responsable de la atrocidad: Jayadratha.
En consecuencia, al día siguiente, Arjuna se abrió paso a través de capas aparentemente interminables de filas enemigas, todas dispuestas con el propósito expreso de frustrar su objetivo. Pero cuando se acercaba a su presa, fue atacado simultáneamente por seis grandes guerreros, tal como había sucedido con su hijo el día anterior. Arjuna, siendo un arquero por excelencia, fue capaz de contener a sus asaltantes conspiradores. Pero el gran volumen de su ataque le impidió disparar la flecha letal final a su objetivo. Y comenzó a desesperarse. Había exhibido una velocidad, una habilidad y una voluntad increíbles; había hecho todo lo que podía; y había llegado tan cerca. Sin embargo, cuando el Sol estaba a punto de ponerse, todavía estaba varado tan lejos.
Al ver la difícil situación de su devoto, Kṛṣṇa intervino místicamente: cubrió el Sol con Su disco divino, obligando así a sus oponentes a bajar la guardia. Mientras se burlaban de (lo que creían que era su) agresor frustrado, Kṛṣṇa descubrió el Sol. Arjuna aprovechó el indulto momentáneo, eludió a los guerreros que intervinieron y derribó a Jayadratha con un misil celestial, logrando así su misión imposible.
En el Bhagavad-gītā (11.34), Kṛṣṇa profetiza indirectamente este espectacular éxito cuando le asegura a Arjuna que los principales guerreros oponentes, incluido Jayadratha, ya han sido asesinados por disposición divina.
La seguridad que se aplica a Arjuna en su batalla externa también se aplica a nosotros en nuestra batalla interna, en la que nos vemos frustrados por enemigos internos aparentemente insuperables: nuestros deseos egoístas. Si nos esforzamos con determinación, haciendo todo lo que podamos y perseverando en nuestra búsqueda del amor espiritual desinteresado, la gracia omnipotente de Kṛṣṇa nos dará el poder para salir victoriosos.
Drona, Bhīṣma, Jayadratha, Karṇa y los demás grandes guerreros ya han sido destruidos por Mí. De modo que, mátalos y no te perturbes. Simplemente lucha, y habrás de derrotar a tus enemigos en la batalla. – Bhagavad-gītā 11.34

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