Aunque no podamos ser personas ideales, aún podemos ser personas con ideales

Bhagavad-gītā 12.20

Vivimos en un mundo confuso, como navegantes a la deriva en un océano que parece inmenso y sin orillas. En un mundo así, los ideales son nuestra brújula.

Así como las tormentas pueden impedir que un barco siga la dirección prevista, las tormentas de deseos que surgen en nuestra mente pueden impedirnos vivir de acuerdo con nuestros ideales. En esos momentos, los ideales, como una brújula, nos recuerdan nuestro destino, la desviación no deseada y la reorientación necesaria.

En una cultura que se enorgullece en nombre de la moda y se deja llevar por los caprichos más fuertes y actuales que dominan la mente, necesitamos ideales más que nunca. Pero, lamentablemente, muchas personas los descartan por considerarlos poco prácticos: “Suena bien, pero no puedo hacerlo”.

La sabiduría del Bhagavad-gītā nos ofrece ideales deseables que se pueden realizar mediante pequeños pero significativos pasos de desarrollo individual con la ayuda divina. Sus ideales se centran en la idea más íntima de nuestro ser: el amor. El Bhagavad-gītā nos insta a purificar y dirigir nuestro amor hacia el Ser Supremo, todo atractivo y todo amor, Kṛṣṇa. Esta redirección devocional de nuestro amor nos conecta con la presencia divina de Kṛṣṇa dentro de nosotros, limpiando así la suciedad interior y sacando a la luz lo mejor de nosotros. El Bhagavad-gītā ( 12.20 ) asegura que quienes aprecian fielmente el camino del amor se ganan el cariño de Kṛṣṇa.

Cuando atraemos así la gracia omnipotente de Kṛṣṇa, obtenemos acceso a la felicidad superior del amor espiritual. Al proporcionar esta felicidad, el bhakti hace que el progreso hacia los ideales sea mucho más fácil y mucho más placentero que el progreso hacia los ideales no devocionales.

Cuando en lugar de lamentarnos por no ser ideales, apreciamos el ideal del amor espiritual practicando bhakti-yoga diligentemente, cada día nos hace mejores que el día anterior hasta que finalmente el ideal se vuelve real.

Aquellos que siguen este imperecedero sendero del servicio devocional y que con fe se dedican a él por entero, teniéndome a Mí como la meta suprema, son muy, muy queridos por Mí. - Bhagavad-gītā 12.20