Bhagavad-gītā 12.19
Supongamos que el navegador de nuestra computadora tiene un sitio determinado configurado como página de inicio predeterminada. Si no queremos visitar esa página, podemos cerrar esa pestaña cuando se abra. Pero una mejor solución es buscar la configuración de la página de inicio del navegador y modificarla.
Así como el navegador de nuestra computadora puede tener una configuración predeterminada, también puede tenerla nuestra mente, que es similar a nuestro navegador interno. La mente tiende a dirigirse hacia ciertos objetos en función de sus impresiones pasadas y los condicionamientos que las acompañan. El más fuerte de estos condicionamientos es nuestro apego primario. Ese objeto al que estamos apegados es como la página de inicio de nuestra mente.
Si deseamos crecer espiritualmente, necesitamos cambiar la página de inicio de nuestra mente, de agitar objetos mundanos a convertirla en un objeto espiritual sublime. El proceso de sādhana-bhakti implica cerrar mecánicamente la pestaña no deseada abierta por la mente. El Bhagavad-gītā (6.26) nos insta a controlar la mente con paciencia y persistencia, cuando y donde quiera que se desvíe. El bhakti-yoga nos lleva más allá del mero control de la mente, a concentrarla en la realidad espiritual, en última instancia, la realidad espiritual más elevada, Dios, Kṛṣṇa. Ese contacto con la sustancia espiritual suprema trae una satisfacción sublime. Tal satisfacción nos hace menos tentados por las cosas mundanas y más inspirados para permanecer centrados en Kṛṣṇa. Y esta reorientación interior constituye la esencia de la purificación.
Cuanto más nos purificamos, más gravita naturalmente nuestra conciencia hacia Kṛṣṇa. Cada vez que el navegador de nuestra mente purificada abre una nueva pestaña explorando algún nuevo pensamiento, consciente o inconscientemente conecta ese pensamiento con Kṛṣṇa, manteniendo así nuestra conciencia en una zona espiritual segura y satisfactoria. El Bhagavad-gītā (12.19) indica que los devotos comprometidos, incluso si no están físicamente situados en casa, han hecho de Kṛṣṇa el hogar de su conciencia.
Practicando bhakti-yoga diligentemente, nosotros también podemos hacer de Kṛṣṇa nuestro hogar interior.
Aquel que es igual con amigos y enemigos, que mantiene la ecuanimidad en medio del honor y el deshonor, el calor y el frío, la felicidad y la aflicción, la fama y la infamia, que siempre está libre de relaciones contaminantes, que siempre es callado y se satisface con cualquier cosa, a quien no lo preocupa ninguna residencia, que está fijo en el plano del conocimiento y que está dedicado al servicio devocional, esa clase de persona es muy querida por Mí. - Bhagavad-gītā 12.19
No hay comentarios:
Publicar un comentario