Bhagavad-gītā 13.13
“Sabe a néctar”, dice la gente cuando dice que algo tiene un sabor delicioso. Este uso, en el que se compara el néctar con una cosa, suele hacer que la gente asuma que el néctar es una cosa que se ingiere, pero la realidad es diferente.
El equivalente estándar del néctar en sánscrito es "amṛta", que tiene dos significados: néctar e inmortalidad. Los dos significados están relacionados de dos maneras.
En primer lugar, la inmortalidad es como el néctar. La gente suele atribuir esta naturaleza de néctar de la inmortalidad a la ausencia de la miseria venenosa de la muerte. En realidad, la inmortalidad es nectárea no sólo por lo que está ausente en ella, sino mucho más por lo que está presente. La vida en el nivel inmortal está llena del éxtasis del amor entre el ser espiritual supremo Kṛṣṇa y Sus devotos puros. Ese amor es el néctar supremo de la existencia, la verdad más dulce de la vida.
En segundo lugar, el néctar otorga inmortalidad. La gente suele suponer que este néctar es la bebida celestial conocida como soma-rasa. Sin embargo, ese néctar solo prolonga la vida del cuerpo, no la perpetúa, porque todas las cosas materiales son intrínsecamente e inalterablemente temporales. Nada puede hacer que lo material sea eterno.
El néctar que realmente otorga la inmortalidad no es algo material que se pueda ingerir, sino una verdad espiritual que se debe comprender, saborear y vivir. El Bhagavad-gītā ( 13.13 ) afirma que quien conoce la Verdad Absoluta alcanza la inmortalidad. La palabra precisa que se utiliza es jñeya, aquello que debe ser conocido. Si bien todo puede ser tratado como un objeto de conocimiento, la sabiduría del Bhagavad-gītā se centra en el objeto de conocimiento más fructífero. Ese objeto es Kṛṣṇa, porque cuando lo conocemos verdaderamente, nos enamoramos de Él. Cuando amamos a Kṛṣṇa más que a cualquier otra cosa, Él nos transporta naturalmente a Su morada inmortal donde podemos continuar ese amor divino para siempre.
Ahora te he de explicar lo conocible, con lo cual probarás lo eterno. El Brahman, el espíritu, el cual no tiene principio y está subordinado a Mí, yace más allá de la causa y el efecto de este mundo material. - Bhagavad-gītā 13.13
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