El propósito de Kṛṣṇa no es atraparnos cuando hacemos algo malo, sino agarrarnos cuando caemos


Bhagavad-gītā 13.23

Cuando estamos en el ojo público, sobre todo con críticos presentes, solemos sentirnos cohibidos. Incluso en una sala privada, si descubrimos que tiene cámaras de vigilancia ocultas, solemos sentirnos incómodos.

Entonces, cuando aprendemos del Bhagavad-gītā13.23 ) acerca del agente de vigilancia supremo, Kṛṣṇa, presente en nuestro corazón, observando cada uno de nuestros movimientos e incluso cada una de nuestras emociones, podemos sentirnos casi paranoicos.

Afortunadamente, el propósito principal de Kṛṣṇa al estar presente en nuestro corazón no es la vigilancia, sino la benevolencia. Él no está ahí como un policía para detenernos cuando hacemos algo malo. Ha confiado esa responsabilidad a otros dioses, sus asistentes en la administración cósmica. Estos sirven como testigos del sistema universal de justicia basado en el karma.

Kṛṣṇa no es un policía que intenta imponer la ley, sino un padre que con Su amor busca ayudar a Sus hijos que tropiezan.

Por supuesto, Kṛṣṇa es el testigo supremo, omnipresente y siempre vigilante. Pero Su propósito al presenciar es ayudar, ayudarnos cuando caemos, levantarnos dándonos sabiduría e inspiración. Lo hace externamente a través del guru-sadhu-śāstra e internamente mediante la inspiración que nos acerca a Él, como indica en el Bhagavad-gītā10.10 ).

Así, Él no es un policía que impone la ley, sino un padre que con su amor levanta a sus hijos que tropiezan. Comprender su benevolencia puede animarnos en nuestra lucha contra nuestra naturaleza inferior, que nos hace resbalar y caer. Somos débiles, pero Kṛṣṇa es supremamente fuerte; y Él puede compensar nuestras debilidades, y lo hará, como asegura en el Bhagavad-gītā9.22 ), siempre que nos esforcemos por ser conscientes de Él. Gradualmente, mediante la combinación de nuestra diligencia y Su benevolencia, nuestras caídas serán cada vez menos frecuentes, hasta que finalmente marchemos con firmeza hacia adelante y hacia arriba, hacia Él.

Sin embargo, en este cuerpo hay otro disfrutador, uno trascendental, quien es el Señor, el propietario supremo, quien existe como supervisor y sancionador, y a quien se conoce como la Superalma. - Bhagavad-gītā 13.23

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