Bhagavad-gītā 13.11
Cuando el presente nos presenta dificultades, a menudo recurrimos a nuestros recuerdos de momentos pasados emocionalmente gratificantes en busca de inspiración.
A medida que nuestra cultura nos bombardea con una oleada de medios de comunicación, nuestras emociones más intensas suelen provenir de esas imágenes. Por ejemplo, nuestros recuerdos recientes más alegres pueden haber sido cuando nuestro equipo deportivo favorito ganó un campeonato o cuando nuestro héroe favorito golpeó a un villano en el clímax de una película.
Sin embargo, estos recuerdos están en gran medida desconectados de nuestra vida real, por lo que nos brindan sentimientos sin significado. Pueden alejarnos emocionalmente de nuestras dificultades actuales, pero cuando regresamos al presente, no nos ayudan mucho a dar sentido a lo que está sucediendo. Si tratamos de recurrir a estos recuerdos en tiempos difíciles, pronto nos encontramos en bancarrota interna; obtenemos excitación, pero no iluminación.
La sabiduría del Bhagavad-gītā nos ofrece una alternativa mucho mejor. El Bhagavad-gītā (13.10-11) recomienda que cultivemos el recuerdo devocional de Krishna sin distracciones y, de ese modo, nos estabilicemos en medio de las dualidades de la vida. Para poder recordarlo, necesitamos llenar regularmente nuestra memoria con imágenes y experiencias devocionalmente recargadas de Sus encantadoras deidades, Sus santos nombres reconfortantes, Sus electrizantes kīrtanas, Sus pasatiempos magnetizantes, Sus devotos amorosos y Su servicio absorbente.
Cuando recurrimos a ese banco de memoria devocional en tiempos difíciles, esos recuerdos nos atraen rápidamente hacia Ellos y nos permiten volver a experimentar la calidez del amor de Kṛṣṇa y la realidad de Su gracia, tal como la habíamos experimentado en el pasado. A partir de entonces, cuando regresamos al presente, nos sentimos emocionalmente animados y capacitados intelectualmente para descubrir, por la gracia de Kṛṣṇa, la oportunidad de crecimiento oculta en la dificultad actual.
Así, cuando hacemos de nuestra memoria un tesoro devocional, ésta ofrece tanto alivio emocional para nuestros corazones atribulados como dirección intelectual para nuestras cabezas perplejas.
La devoción constante y pura por Mí; el ambicionar vivir en un lugar solitario; el estar desapegado de las masas; (todo eso Yo declaro que es conocimiento) - Bhagavad-gītā 13.11
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