Podemos ir de incógnito, pero nunca podremos volvernos invisibles


Bhagavad-gītā 13.14

Cuando las personas quieren navegar en la red de forma privada, suelen utilizar el modo de incógnito. Sin embargo, no son invisibles para el proveedor de servicios de Internet y los sitios que visitan, que pueden seguir sus actividades con fines comerciales, al igual que los piratas informáticos expertos en tecnología, para sus fines ulteriores.

Como aspirantes a espiritualistas que desean llevar una vida centrada en principios, tenemos que luchar con nuestra naturaleza inferior. En medio de esta batalla, a veces nos sentimos tentados a ceder, especialmente si la indulgencia puede ocultarse, algo así como navegar de incógnito. Aunque podamos mantener una fachada frente a algunas personas, aun así la apariencia de invisibilidad es una ilusión. El Bhagavad-gītā13.14 ) indica que los ojos y oídos de Kṛṣṇa están en todas partes, lo que indica que nada puede permanecer oculto para Él.

Por supuesto, Kṛṣṇa no es un Dios vengativo, sino un Dios redentor: Su objetivo no es atraparnos haciendo algo malo para castigarnos, sino ayudarnos a corregir nuestra naturaleza inferior distorsionada. Sin embargo, si usamos nuestro libre albedrío para aparentar ser honestos cuando nos degradamos internamente, entonces le enviamos un mensaje de que no necesitamos Su ayuda. O si necesitamos Su ayuda, no es para mantener nuestra integridad, sino para mostrar nuestra integridad.

La sabiduría del Bhagavad-gītā nos ofrece una visión reconfortante del amor infalible de Kṛṣṇa. Al meditar en ese amor, podemos darnos cuenta de que Su conocimiento y visión son para nuestro bien; no necesitamos permanecer de incógnito o invisibles para Él. Recordar que Él está de nuestro lado puede inspirarnos a pasar de la apariencia a la sustancia en nuestra devoción. Mediante la oración humilde y la práctica espiritual determinada, podemos, por Su gracia, protegernos y purificarnos de nuestra naturaleza inferior, y gradualmente disfrutar de alegrías espirituales superiores que hacen que los placeres inferiores sean desagradables e indeseables.

Por doquier están Sus manos y Sus piernas, y Sus ojos, Sus cabezas y Sus caras, y Él tiene oídos por todas partes. De ese modo existe la Superalma, omnipresente en todo. - Bhagavad-gītā 13.14

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