No te tomes la vida tan personalmente


Bhagavad-gītā 13.33

Las personas que se toman todo a pecho suelen ser susceptibles. Si se les ocurre una idea y alguien les señala un problema, tratan esa objeción como un ataque personal. Impulsadas por emociones reactivas, adoptan un modo hiperdefensivo o hiperofensivo. Al no poder o no querer aprender de las aportaciones de los demás, se convierten en obstáculos para su propio crecimiento.

El problema se agrava cuando se toman los acontecimientos de la vida como algo personal. Así, cuando las cosas salen mal, dejan que ese revés se convierta en una declaración de intenciones: «Nací con un destino desastroso». O cuando hacen algo mal, convierten ese error en un juicio de valor: «Soy un inútil».

La sabiduría del Bhagavad-gītā explica que la miseria es una característica inherente del mundo material. Por lo tanto, la miseria que nos aqueja forma parte de la naturaleza del mundo; no es necesariamente una afirmación sobre nosotros. Incluso si la miseria se debe a nuestro mal karma pasado, ese karma no determina lo que podemos hacer ni, aún más importante, quiénes podemos ser. Si dejamos que lo que sucede en la vida nos defina, socavamos nuestra libertad de elegir y crecer.

Así como aquellos que se distancian de sus ideas pueden tomar la retroalimentación objetivamente y mejorar, de manera similar, cuando aprendemos a distanciarnos de los acontecimientos, podemos responder de manera constructiva.

El Bhagavad-gītā refuerza nuestra capacidad para distanciarnos de este modo al explicar nuestra identidad inmaterial como almas. El Bhagavad-gītā13.33 ) indica que, así como el cielo, al ser sutil, no se ve afectado por las cosas más densas con las que entra en contacto, podemos permanecer impasibles en medio de las dualidades mundanas al contemplar nuestra identidad trascendental. Además, al practicar yoga, podemos experimentar paz y poder en nuestra relación espiritual con Kṛṣṇa. Al estar así espiritualmente protegidos, podemos observar las cosas desde una perspectiva desapegada y sin amenazas, y responder a los problemas con soluciones que fomenten el crecimiento.

El cielo, debido a su naturaleza sutil, no se mezcla con nada, aunque es omnipresente. De igual modo, el alma que posee la visión Brahman no se mezcla con el cuerpo, pese a encontrarse en ese cuerpo. - Bhagavad-gītā 13.33

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