Bhagavad-gītā 13.35
Los parásitos son organismos que crecen a expensas de sus huéspedes. Cuando infectan nuestro cuerpo, nos quitan energía y minan nuestra salud, dejándonos débiles y enfermos. Si observamos estos síntomas, podemos inferir que hemos sido infectados por algún parásito y tomar el tratamiento necesario de inmediato.
Así como nuestro cuerpo es vulnerable a los parásitos, nuestra mente es vulnerable a una mentalidad parasitaria. Entendamos esta mentalidad a través de tres puntos:
Característica definitoria: Cuando nos contagiamos de esta mentalidad, nos volvemos dependientes, arrogantes y exigentes: esperamos demasiado de los demás y hacemos muy poco por ellos a cambio. Creemos que los demás deberían hacer lo que les decimos; de hecho, deberían satisfacer nuestros deseos incluso sin que se lo digamos. Durante nuestras interacciones con los demás, especialmente con nuestros seres queridos, nos obsesionamos con una sola pregunta: "¿Qué puede hacer esta persona por mí?". Cuando las personas ven que sus interacciones con nosotros giran en torno a que les quitamos —ya sea dinero, servicios o atención— y no damos mucho a cambio, se sienten molestas, exasperadas e incluso asqueadas. Se cansan de nosotros.
Síntoma observable: Si observamos que muchas personas prefieren evitarnos, este comportamiento bien podría ser un síntoma de que estamos infectados por una mentalidad parasitaria. Si quienes buscan acortar sus interacciones con nosotros incluyen personas que suelen ser amables, serviciales y pacientes, entonces es una clara señal de una infección grave. El Bhagavad-gītā (18.35) advierte sobre esta mentalidad tóxica.
Cura: Para tratar una mentalidad parasitaria, podemos empezar por cambiar la pregunta que nos impulsa en nuestras interacciones. En lugar de dejarnos llevar por nuestra pregunta habitual: "¿Qué puede hacer esta persona por mí?", podemos plantearnos conscientemente la pregunta opuesta: "¿Qué puedo hacer yo por esta persona?". ¿Qué pasa si sentimos que no podemos hacer nada significativo por ella? Podemos empezar con pequeñas cosas sencillas: hablar con educación en lugar de malhumor; sonreír en lugar de fruncir el ceño; y tender una mano amiga en lugar de señalar con el dedo. Gradualmente, estos microcambios impulsarán nuestra desintoxicación y nos liberarán de la mentalidad parasitaria.
Resumen en una frase:
Los parásitos nos enferman; una mentalidad parasitaria hace que la gente se enferme de nosotros.
Piénsalo bien:
· ¿Cómo afecta una mentalidad parasitaria nuestras interacciones?
· ¿Cómo podemos comprobar si estamos infectados por una mentalidad parasitaria?
· ¿Cómo podemos liberarnos de esa mentalidad?
Aquellos que ven con los ojos del conocimiento la diferencia que hay entre el cuerpo y el conocedor del cuerpo, y que además pueden entender el proceso por el cual se logra la liberación del cautiverio de la naturaleza material, llegan a la meta suprema. - Bhagavad-gītā 13.35
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