Cómo la avaricia mueve nuestro objetivo sin cesar


Bhagavad-gītā 14.12

Cómo la avaricia nos hace cambiar de objetivo sin cesar: Cambiar de objetivo significa alterar injustamente el objetivo de una iniciativa mientras se persigue. Veamos cómo la avaricia suele cambiar de objetivo. 

Supongamos que la codicia nos impulsa a comprar un coche mejor que el del vecino. Trabajando duro y pidiendo préstamos, conseguimos el coche. Y entonces la codicia cambia el objetivo: compramos el mejor coche del barrio, luego del pueblo, luego de la ciudad, luego del estado, y así sucesivamente, sin fin. 

Generalmente, cuando buscamos satisfacer un deseo, creemos que nuestro objetivo es el objeto deseado. Si analizamos más a fondo, nuestro verdadero objetivo es la satisfacción que creemos obtener al obtener ese objeto. Obtenemos cierta satisfacción, pero la codicia la socava al centrar nuestra atención en algo que no tenemos.

Cuanto más nos dejamos llevar por la codicia, con mayor fuerza nos arrastra hacia el siguiente objeto de deseo. Cuando conseguimos ese objeto, nuestra experiencia principal pasa de la satisfacción por obtenerlo al alivio por liberarnos de la atormentadora atracción de la codicia. Pero ambos sentimientos son efímeros; pronto, la codicia nos arrastra hacia el siguiente objeto. Con el tiempo, lo que experimentamos incluso al obtener el objeto es prácticamente ninguna satisfacción; solo un pequeño alivio que se desvanece

frustrantemente. Así, terminamos viviendo para el deseo mismo, un deseo que no puede ser satisfecho ni rechazado. En esencia, nuestra meta se ha convertido en el deseo mismo. Pertinentemente, el Bhagavad-gītā (14,12) advierte que la codicia nos condena a un deseo insaciable. 

Sólo cuando nos damos cuenta sin sentimentalismo de que alcanzar la meta de la codicia es intrínsecamente imposible, podemos tener la determinación de dejar de complacerla y buscar alivio y satisfacción en otra parte. 

Resumen en una frase: 

La codicia mueve el objetivo más allá del objeto del deseo y más allá de la satisfacción que proviene de ese objeto, hacia el deseo mismo, manteniéndonos así atormentados y esclavizados. 

Piénsalo bien:

·                     ¿Cómo la avaricia mueve nuestro objetivo?

·                     ¿Cuándo te diste cuenta con mayor fuerza de que la codicia había desplazado tus objetivos?

·                     ¿Cómo cambia la codicia nuestra experiencia interior después de que obtenemos el objeto del deseo? 

¡Oh, líder de los Bhāratas!, cuando hay un aumento de la modalidad de la pasión, se manifiestan los signos de gran apego, actividad fruitiva, intenso esfuerzo, y un anhelo y deseo incontrolables. – Bhagavad-gītā 14.12

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